A LAS PUERTAS DEL PARAÍSO

Cuando José López Portillo se convirtió en el Presidente más votado –ya que compitió prácticamente si oposición–, estremeció a todo el país con dos frases que muchos siguen recordando. 

a).- “Tenemos que prepararnos para administrar la abundancia”. 

b).- “Si algo les pido a los pobres, es perdón por no haber acertado a sacarlos de la postración y la miseria”. 

Hoy la historia se repite. Andrés Manuel López Obrador será un Presidente con todo el poder y uno de los más votados. 

Y si hacemos caso a sus promesas de campaña tendremos que prepararnos, como sociedad, para administrar la felicidad. 

¿Y cuáles son los signos de esa felicidad? 

  1. La felicidad de que no habrá gasolinazos. 
  2. La felicidad del perdón a criminales y matarifes. 
  3. La felicidad de que todos los funcionarios públicos del nuevo gobierno y todos los gobernantes de Morena serán honestos, transparentes y vivirán en la justa medianía. 
  4. La felicidad de que millones de jóvenes, ninis, tendrán una pensión de 3 mil pesos. 
  5. La felicidad de que madres solteras, adultos mayores y discapacitados también serán pensionados de manera generosa. 
  6. La felicidad de que todos podrán estudiar una carrera universitaria, sólo con desearlo, sin pagar un peso, sin hacer exámenes y sin que nada se los impida. 
  7. La felicidad de un salario mínimo de casi 200 pesos, que resolverá casi todos los problemas de una familia. 
  8. La felicidad de que habrá crecimiento económico de 4 por ciento anual 
  9. La felicidad de que gracias a ese crecimiento económico se crearan el doble de empleos que los creados en el gobierno de Peña Nieto. 
  10. La felicidad de que será cancelada la reforma energética y ninguno de los parásitos extranjeros se robará los recursos nacionales. 
  11. La felicidad de que se cancelará la reforma educativa y que los niños serán felices sin necesidad de la tortura que es la educación. 
  12. La felicidad de que los niños no aprendan inglés ni otro idioma, total, si van a estar becados de por vida. 
  13. La felicidad de que el gobierno en todos sus niveles y sus tres órdenes será honesto; se acabaran las mordidas, los moches, los entres. 
  14. La felicidad de que por año se ahorrarán 500 mil millones de pesos de corruptelas, dinero que será dedicado a los pobres. 
  15. La felicidad de que el avión presidencial será vendido y el Presidente viajará en línea comercial. 
  16. La felicidad de que se cancelará el nuevo aeropuerto internacional, que sólo serviría para los ricos. 
  17. La felicidad de que el Presidente y todos sus funcionarios recibirán el 50 por ciento del salario actual. 
  18. La felicidad de que se cancele la pensión a los expresidentes. 
  19. La felicidad de descentralizar todas las secretarías de Estado, lo que tendrá el beneficio de que ya no habrá marchas ni plantones en la Ciudad de México. 
  20. La felicidad de que todo lo que se consuma en México, se produzca en México. 
  21. La felicidad de que habrá Internet gratis para todos en todo el país. 

La lista de promesas del nuevo presidente parecen infinitas. Lo interesante es entender que estamos a las puertas del paraíso, que seremos el país campeón de la felicidad en el mundo y que nunca nadie más se preocupará de ser pobre. 

Al tiempo.