En noviembre del año pasado, el mundo entero se conmocionó por los ataques terroristas en París, donde murieron poco más de cien personas a manos de seguidores del Estado Islámico.
Meses después –en junio de este año–, se registró otro atentado. En esta ocasión, el blanco fue un bar en Orlando, Florida. El saldo fue de 49 muertos.
Cuando estos hechos ocurrieron, las naciones de occidente se solidarizaron con las víctimas. Incluso en redes sociales –como Facebook– se rindió homenaje a los fallecidos.
No obstante, en las últimas semanas, en el aeropuerto de Estambul murieron 41 personas en un ataque yihadista, es decir, los mismos que se adjudicaron los ataques en París.
Además, otras 22 personas perdieron la vida en una cafetería de Bangladesh. Y cerca de 250 murieron en Bagdad después de un atentado adjudicado al Estado Islámico.
Es decir, más de 300 víctimas mortales en una semana por ataques terroristas; aun así, pocos en el mundo occidental han reaccionado como cuando ocurrieron las masacres de Orlando o el atentado de París.
¿Por qué? ¿Por qué si los muertos también se deben al radicalismo del Estado Islámico parece que nadie se conmueve?
En entrevista para el New York Times, el disidente sirio, Michel Kilo se planteó esas preguntas. El entrevistado concluye que la indolencia –con respecto a estas muertes– se debe a la hipocresía del mundo occidental.
El maestro Kilo afirma que la violencia del Estado Islámico –además de haber afectado directamente a los sirios e iraquíes en sus propias tierras– ha ocasionado el rechazo a los refugiados que provienen de las zonas de guerra y buscan asilo en Europa, principalmente.
Acaso por eso, el especialista clama que los atentados en Estambul, Bagdad y Bangladesh ameritan la misma atención que los atentados en París. Sin embargo, quizá porque ocurrieron en lugares donde se practica el islam, sus muertos recibieron poca atención en el mundo occidental.
Cabe resaltar que aunque de poco sirve cambiar las fotos de perfil en redes sociales –para mostrar apoyo a las víctimas de los atentados–, Michel Kilo considera que occidente podría solidarizarse de muchas formas con las víctimas musulmanas. De este modo, con un rechazo colectivo, sería más sencillo poner fin al conflicto en Siria. Después de todo, cada día familias enteras intentan escapar del Estado Islámico al que le temen los parisinos.
Con información del New York Times
