Aguascalientes, un obispo en tiempos electorales

El pasado 10 de mayo, el obispo de Aguascalientes –José María Torre Martín–, se fue contra la norma que garantiza el acceso al aborto legal para víctimas de violación sin previa denuncia penal.

Según el prelado, la “mala leche” del gobierno federal habría permitido que esta normativa entrara en vigor el 25 de marzo, es decir, el día de la Encarnación.

El Obispo calificó la norma en favor del aborto como un retroceso y dijo que “pone en situación de gran vulnerabilidad a niñas y niños, nacidos y por nacer, así como a las mujeres que han sufrido una violación y merecen que el Estado y la sociedad no dejemos impune este grave delito”.

Para Torre Martín, el presidente Enrique Peña ignoró las miles de firma en contra de la normativa y no consultó a la iglesia católica, a las universidades católicas y a las asociaciones de padres de familia, antes de dar luz verde a esta ley.

Incluso respondió con un “qué poca madre” cuando le preguntaron su opinión al respecto. Y concluyó diciendo “Ya si la va a zurrar (en referencia al presidente), busque un día que nadie se dé cuenta”.

Por donde se mire, los dichos del obispo se antojan cuestionables. Sin embargo, en medio de un apretado proceso electoral, donde la candidata del PRI –Lorena Martínez–, parece rebasar por poco al panista –Martín Orozco–, no está de más preguntar, ¿no será que la mala leche –contra el PRI y el gobierno federal–, es del obispo de Aguascalientes? ¿no será que el prelado intenta echar una manita a los azules?