Alfonso Romo: De empresario “villamelón” a jefe de Gabinete

En el caló mexicano, la palabra “villamelón” se refiere a aquel que en deportes apoya al competidor que lleve las de ganar, o sencillamente al que gane. Sin embargo, ese mismo concepto sirve perfectamente para describir a Alfonso Romo, futuro jefe de gabinete del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

El ingeniero agrónomo, Alfonso Romo Garza, es un magnate capitalista cuyas empresas abarcan las industrias agroalimentaria, de la construcción, del tabaco y de aseguranzas, entre otras.

Tejió fuertes lazos en la política, aunque sin raíces ni convicciones cimentadas, pues ha sido simpatizante del PRI, PAN, PRD y, ahora, de Morena; cambiando de bando según dicten sus intereses. Igual que los villamelones.

Como se mencionó antes, Romo no siempre estuvo del lado de AMLO, inclusive fueron antagónicos en la elección de 2006.

Entonces, el empresario regiomontano apoyó la candidatura del panista Felipe Calderón, quien ganó la Presidencia por medio de un fraude electoral, según denunció el propio López Obrador, quien —a modo de protesta— ordenó instalar un plantón en Paseo de la Reforma que afectó la movilidad de millones.

Antes, en el 2000, por medio de un programa llamado “Los amigos de Fox”, Romo impulsó la candidatura del panista Vicente Fox, uno de los más grandes detractores e insultadores del llamado “mesías tropical”.

La rivalidad entre ambos detonó durante el sexenio de Fox como presidente, quien ejerció presión en el Congreso para promover el desafuero de AMLO —entonces jefe de gobierno del Distrito Federal— para poder ser juzgado por violar una orden judicial.

Pero todos los agravios políticos a AMLO perpetrados por los beneficiarios de Alfonso Romo quedaron olvidados y perdonados por el “líder mesiánico” cuando lo arropó en su Movimiento Regeneración Nacional.

Es de relevancia recordar que AMLO también absolvió a Romo por haberse beneficiado en 1990 del Fobaproa, programa de la “mafia del poder” para salvar a la banca con dinero público.

Ahora, es tal la cercanía entre López Obrador y Alfonso Romo que ya hasta lo considera “su hermano”. El pasado mes de mayo, durante un evento de campaña en el natal Nuevo León de Romo, AMLO declaró:

“Él es, para decirlo de manera directa, es mi hermano. Es un empresario con dimensión social. Es una gente honrada, una gente honesta. Que ahora está siendo cuestionado, muy criticado, hay una campaña en su contra, pero nosotros siempre vamos a apoyar a Alfonso Romo, porque es una gente limpia, que tiene vocación democrática, mientras otros están pensando en mantener privilegios, en robar, en sacrificar al pueblo de México, Alfonso Romo está pensando en que haya progreso, que haya paz, que haya tranquilidad, y que haya armonía, y que haya amor en nuevo León y en México. Es un empresario ejemplar, Alfonso Romo”.

Sin embargo, la honradez y la ética del empresario han sido cuestionadas en más de una ocasión.

El pasado mes de febrero, por ejemplo, en un artículo del diario estadunidense The Wall Street Journal, Romo fue acusado de no ser el mejor ejemplo de ética empresarial, pues “en al menos una operación con su empresa Seminis, dejó dudas sobre su compromiso con la transparencia y la responsabilidad ética”.

Además, apenas el mes pasado surgieron especulaciones sobre un posible conflicto de interés porque su empresa, Agromond, sería la encargada de realizar la reforestación de miles de hectáreas en la selva Lacandona, la cual fue otra de las promesas de campaña de AMLO.

También, el excandidato presidencial del PAN, Ricardo Anaya, aseguró en televisión nacional, durante uno de los debates, que la intención de AMLO de cancelar el aeropuerto de Texcoco para sustituirlo por el de la base aérea militar de Santa Lucía, es la de dar a Romo la licitación de esa megaobra.

Con los mencionados antecedentes, las preguntas obligadas son: ¿se servirá Romo de su cargo como jefe de la oficina de Presidencia para beneficiar a sus empresas durante el sexenio que arrancará el próximo 1 de diciembre? ¿Consentirá AMLO actos de corrupción y conflictos de interés perpetrados por su “hermano” durante su administración?