AMLO: del (gran) discurso como presidente electo a la (pobre) realidad

Este miércoles por la tarde, Andrés Manuel López Obrador recibió la constancia que lo acredita como presidente electo de los Estados Unidos Mexicanos para el periodo 2018-2024.

Posteriormente, ante los magistrados del Tribunal Electoral, López Obrador pronunció el que pasará a la historia como su primer discurso en calidad de presidente electo… Un discurso impecable, en el que calificó como “ejemplar” la jornada del 1 de julio; y reconoció —acertadamente— que los mexicanos están hartos del influyentismo, la deshonestidad, la ineficiencia, la corrupción y la impunidad.

También asumió que uno de sus mandatos es acabar con la violencia y velar porque exista un verdadero Estado de Derecho. Además, prometió actuar con respeto a la soberanía de los otros poderes de la Unión, así como cumplir con todos los compromisos que realizó en su campaña.

Ahora, AMLO tendrá —a partir del 1 de diciembre— seis años para llevar a la realidad este impecable discurso y realizar una verdadera “transformación de la vida pública de México”.

Sin embargo, en el periodo de transición hacia esa “cuarta transformación”, la realidad ha sido muy distinta al discurso.

Revisemos:

1..- Al referirse a “ los sentimientos expresados por el pueblo al emitir el sufragio”, AMLO dijo que “ la mayoría de los ciudadanos mexicanos están hartos de la prepotencia, el influyentismo, la deshonestidad y la ineficiencia, y desean con toda el alma poner fin a la corrupción y a la impunidad”. Cierto. Pero entonces, ¿Por qué responder a ese anhelo de los mexicanos con “influyentismo” al nombrar a su tía, Martha Bárcena, como embajadora ante Estados Unidos? ¿Por qué incluir en su gobierno a funcionarios de ineficiencia probada como Marcelo Ebrard (nada más hay que recordar el caso de la Línea 12)? ¿Por qué actuar con prepotencia e imponer en la CFE —a pesar de todas las críticas— a un deshonesto y corrupto como Manuel Bartlett? ¿Por qué darle impunidad —a través de un escaño en el Senado, con el fuero correspondiente— a Nestora Salgado y Napoleón Gómez Urrutia?

2.- AMLO también dijo que “otro de los mandatos de la mayoría es el evitar la violencia, atendiendo para ello las causas que la originan y reformular la política de seguridad, hoy centrada casi exclusivamente en el uso de la fuerza, a fin de construir la reconciliación nacional en el bienestar y en la justicia”. Y agregó que “la gente votó para que exista en México un verdadero Estado de Derecho; el pueblo quiere legalidad, no la simulación que en la aplicación de la ley”.
Correcto. El problema es que ante la necedad del tabasqueño de ofrecer amnistía a criminales, los familiares de las víctimas ya expresaron —durante el primer foro de pacificación— que “ni perdón ni olvido”.

Con el pretexto de que “si se aplica la Ley del Talión nos quedamos chimuelos todos, o tuertos”, AMLO evade la aplicación del Estado de derecho. Aplicar la Constitución no es hacer “ojo por ojo y diente por diente”, sino ejercer las sanciones legales correspondientes contra quienes violan la ley.

3.- Dijo AMLO que “los mexicanos votaron también para que se ponga fin a las imposiciones y los fraudes electorales”. Sí, pero el tabasqueño premió con la titularidad de la CFE al autor del mayor fraude electoral de la historia del país —el de 1988— que resultó en la imposición de Carlos Salinas. ¿Dónde está la congruencia?

4.- López Obrador aseguró que respetará las potestades y la soberanía de los otros poderes legalmente constituidos. Dijo también que no se entrometerá en la labor de las entidades autónomas de Estado, ni ejercerá presión sobre las autoridades encargadas de impartir justicia.

Sin embargo, apenas hace unos días, cuando el INE multó a Morena por la operación irregular del fideicomiso “Por los demás”, AMLO acusó al instituto —autónomo, por cierto— de ejercer “una vil venganza”. Y no hay que olvidar que en reiteradas ocasiones ha acusado a los magistrados del TEPJF y a los ministros de la SCJN de estar “maiceados”. Con esos antecedentes, ¿se puede confiar en que el próximo presidente respetará al poder judicial?

5.- AMLO cerró su discurso prometiendo “cumplir todos los compromisos de campaña”. Pero hoy, gracias a su futuro secretario de Hacienda, sabemos que no congelará el precio de la gasolina. Gracias a su futura secretaria de Energía, sabemos que no cancelará la Reforma Energética. Gracias a su futuro secretario de Educación sabemos que los cambios a la Reforma Educativa sólo serán cosméticos. Gracias a su futuro secretario de Comunicaciones y Transportes sabemos que la construcción del Aeropuerto no irá a consulta popular, y que todo indica que el proyecto seguirá tal cual. Y esas son sólo algunas de las mentiras que se le han caído a AMLO durante el periodo de transición.

Sí. El de AMLO fue un gran discurso, pero está muy lejos de la realidad que se vislumbra en su gobierno.

DE PILÓN: Otra joya del discurso de AMLO es la siguiente frase: “El pueblo ha conquistado con energía y dignidad su derecho indiscutible e indiscutido de regir sus propios destinos y de ser gobierno”.

Ojo. En un democracia representativa —como la mexicana— el pueblo no es gobierno. ¿O será que AMLO se asume como intérprete único de la voluntad del pueblo? ¿Será que lo que quiso decir es “el pueblo soy yo”?