AMLO, EL PRESIDENTE REY

Seguramente muchos mexicanos con 50 años de edad –o un poco más–, recuerdan que los distintos partidos de la izquierda mexicana nacieron y siempre lucharon contra todo lo que significaba la dictadura del viejo PRI.

Luchaban a brazo partido contra la presidencia imperial, contra el partido único, contra la dictadura perfecta y hasta caricaturizaban el presidente en turno como “el rey sexenal”.

A su vez, los diputados y senadores del partido oficial eran catalogados como “borregos” y “levantadedos” porque no pensaban con cabeza propia sino que seguían –ciegos y sordos–, sólo las órdenes del presidente.

Los prohombres de la izquierda también criticaban a los ciudadanos pobres por su ignorancia política y porque no se daban cuenta que votaban ciegos y sordos por sus opresores, los candidatos del PRI.

Y por supuesto que aquella izquierda reclamaba restaurar la inexistente división de poderes ya que el presidente en turno no solo era dueño de la voluntad del Congreso sino de la Suprema Corte y de los gobernadores de los estados, a los que mangoneaba a su antojo.

Esos luchadores sociales, políticos e intelectuales de las izquierdas también motejaban como “la caja idiota” a la televisión –porque idiotizaba a los ciudadanos–, y fustigaban a televisoras privadas y concesionarios como Televisa y Azteca, por el pecado de convertirse en “soldados del presidente”.

Sin olvidar que furiosos cuestionaban los excesos de esposas y amantes de los entonces presidentes Díaz Ordaz, Echeverría y López Portillo.    

Lo simpático de la evolución de esa dizque izquierda y de su llegada al poder presidencial –con López Obrador a la cabeza–, es que en los hechos parafrasean todos los días el clásico de José Emilio Pacheco; “de viejos, son todo aquello que criticaron a los 20”.

¿Lo dudan?

1.- Hoy el presidente Obrador no es el jefe de las instituciones democráticas sino que, en los hechos, se comporta como un verdadero rey; la definición perfecta del jefe de la autoritaria y nada democrática “Presidencia Imperial” que retrató Enrique Krauze.

2.- Y la mejor prueba es la abyección de diputados federales y locales de Morena, además de senadores, quienes compiten por el mayor servilismo posible. No sólo son los “borregos” y “levantadedos” de antaño sino los obedientes corderos sin un gramo de independencia. Incluso pelean por ganar el premio al mayor servilismo.

3.- En el gabinete presidencial no existe un solo encargado de despacho con voz y personalidad propias, capaz de opinar o disentir a partir de sus convicciones. Y ay de aquel que hable sin el permiso del jefe porque puede ser echado del reino. Los integrantes del gabinete presidencial de AMLO son la más acabada definición de una monarquía. Y el ejemplo son las mañaneras.

4.- El presidente llevó a incondicionales a La Corte y, a su vez, del Máximo Tribunal sacó a la que es una obediente titular de Gobernación ¿Y eso qué significa?. Es elemental, se trata del control total de los contrapesos. En realidad AMLO tiene el control del Congreso y de la Corte.

5.- Todo ello sin contar con “el gabinete de los abuelitos”, muchos de ellos con más de 70 años. ¿Qué busca el presidente con un gabinete de viejos? No busca la eficacia y menos la revolución del poder. En realidad busca la subordinación senil.

6.- Y si el presidente desapareció la División de Poderes –al someter al Legislativo y al Judicial–, tampoco le importa la independencia de los tres órdenes de gobierno. Y es que el mandón de Palacio también lo es de los gobiernos estatales de Morena. Y el ejemplo lo vemos en Veracruz, en donde “el gobernador Juanito” no mueve un dedo sin la instrucción de Morena.

7.- Y es que peor que en los peores tiempos del PRI, hoy el partido de Estado se llama Morena y es el brazo represor del presidente. Desde Morena –y con dinero público–, el presidente lanzan todo tipo de ataques, calumnias y difamaciones –a través de redes–, contra políticos, periodistas y adversarios.

8.- El amiguismo, el compadrazgo, el cochupo y la transa son reglas básicas del gobierno todo; desde la casa presidencial hasta el más humilde gobierno municipal.  

9.- Hoy la televisión ya no es “la caja idiota” sino que los idiotas están al frente de la televisión pública, en tanto que son “soldados de AMLO” los concesionarios más importantes de la televisión y la radio. ¡Ver para creer!

10.- Y “la prensa vendida” de los años 60, 70 y 80 hoy es la prensa razonable y amigable. Hoy los enemigos mediáticos son los críticos de esa dizque izquierda que llegó al poder.

Y es que López Obrador no es un presidente, es un rey.

Al tiempo.