AMLO y el manejo de los símbolos

En la vida pública los símbolos tienen una enorme importancia. Son códigos que permiten la identificación de las comunidades y sus líderes.

Y si hay un político en México que lo entiende es Andrés Manuel López Obrador.

Los ha manejado a su favor en toda su trayectoria política. Lo hizo durante su exitosa campaña y los está manejando ahora en la transición a su mandato presidencial.

Más allá de lo que haga o deje de hacer en la parte sustantiva de las políticas públicas que emprenda, va a ejecutar acciones que tengan gran significado para la población y que permitan generar la imagen de cumplimiento de las ofertas hechas en la campaña.

Le pongo unos cuantos ejemplos.

1.-El dejar Los Pinos.

La residencia oficial en la que han vivido los presidentes de la República desde Lázaro Cárdenas hasta Enrique Peña dejará de utilizarse como tal y se convertirá en espacio público. El día que se abra al público verá usted que habrá filas interminables de visitantes y el hecho se convertirá en todo un fenómeno social.

2.- El deshacerse del avión presidencial.

No importa que financieramente pueda ser incluso mejor quedarse con el avión que deshacerse de él, aunque ayer ya dieron a conocer que están hablando con Boeing. El hecho es que al hacer uso de vuelos comerciales o rentar aviones privados, también va a significar mucho para la gente. Cuando se tome una foto de AMLO como presidente en funciones sentado en una sala de espera de algún aeropuerto hablando con sus colaboradores o revisando un documento en un asiento de clase económica de algún vuelo, la gente va a percibir que hay un cambio. Evidentemente, para algunos traslados seguirá usando la flota oficial, ya lo verá.

3.- El bajarse el sueldo.

El cumplir el propósito de bajarse el sueldo va a ser otro de los hechos simbólicos de gran relevancia. El problema es que el artículo 127 constitucional ya establece que ningún servidor público podrá tener un salario superior al del presidente de la República ni tampoco a cualquier superior jerárquico. Así que la reducción del salario presidencial debiera implicar hacer lo propio para prácticamente todos los funcionarios públicos. Esto será un cambio muy fuerte, tanto simbólico como más que eso. Y lamentablemente puede dar lugar a una pérdida de calidad de los servidores públicos y en contra de lo que ha dicho AMLO, puede ser aliciente a la corrupción. Pero, por lo pronto será muy aplaudido.

4.- Omitir o al menos reducir la vigilancia que tiene el presidente de la República.

Quienes hemos acudido a asambleas, convenciones y demás eventos en los que participan presidentes de la República, sabemos del rígido protocolo del Estado Mayor Presidencial (EMP), que muchas veces es exagerado. AMLO no podrá quedarse sin vigilancia, como ya lo han expresado algunos de sus colaboradores, pero hará un gran cambio al limitar ese protocolo.

5.- La eliminación del fuero presidencial y de funcionarios.

El artículo 108 constitucional establece que el presidente sólo puede ser acusado, durante su encargo, de traición a la patria y delitos graves del orden común. La propuesta para que se le pueda enjuiciar por corrupción y delitos electorales es otro hecho simbólico de gran relieve.

Y habrá muchos más hechos simbólicos que ya iremos comentando.