Anaya ganó el debate, pero es insuficiente para alcanzar a AMLO: Sarmiento

En su columna de este martes, el periodista Sergio Sarmiento, uno de los moderadores del debate del pasado 22 de abril, proporciona una visión de primera mano sobre el primer encuentro entre los aspirantes a la presidencia.

Para Sarmiento,Ricardo Anaya ganó el debate presidencial gracias a sus capacidades de polemizar, y la claridad de su argumentación y de su crítica. Sin embargo, esto no es suficiente para derrotar al puntero Andrés Manuel López Obrador.

“Si, Anaya puede ser el ganador del debate, pero AMLO sigue adelante en la contienda, quizás los señalamientos, ataques certeros no hicieron mella en la estrategia del tabasqueño que se apegó a su guión de repetir sus spots de campaña, mostrarse aburrido, burlón y retador” -igual que Donald Trump en los debates contra Hillary Clinton en 2016-, apuntó Sarmiento

Además, indicó que en el debate Andrés Manuel, se mostró como un presidente en funciones, con la capacidad de decir que va a cambiar el régimen del país, y ha caracterizado su hipotético gobierno como la “cuarta transformación”.  Ese estilo del candidato puntero hace que los electores decepcionados del actual gobierno se decidan a votar por él.

A pesar de todas las estrategias de los demás candidatos, a pesar de que Anaya sea el ganador del debate, el hartazgo de los ciudadanos por los últimos 3 gobiernos –PAN y PRI, respectivamente–, López Obrador lleva la ventaja del descontento. Hasta es así que al término del debate, levantó sus cosa y se fue sin decir adiós.

Sarmiento compara a AMLO con un personaje de “El Gran Solitario de Palacio” de René Avilés Fabila, como ese presidente -Gustavo Díaz Ordaz- que baja por la escalera de palacio nacional después de haber dado la orden de la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre de 1968. El escritor lo describe como ese autoritario líder que México necesita, una clara regresión al pasado.

A pesar de la ficción de Avilés Fabila, la actitud de AMLO da de que pensar: un autoritario que no tiene la mínima cortesía de saludar a sus contrincantes, ni moderadores, o simplemente a los empleados de producción para dar un simple “buenas noches”.

Andrés Manuel ya está instalado en su papel de ser el “Presidente imperial”, ensayando en las escalinatas del Palacio de Minería, para no equivocarse al hacerlo en el Palacio Nacional. Bienvenidos a la llegada del nuevo “Monarca sexenal”, como ese personaje de hace 50 años irónicamente retratado y criticado por Avilés Fabila.

Aquí puede consultar el artículo de Sergio Sarmiento