Anaya: tan simple como ir a declarar

Ricardo Anaya declaró en su 3de3 vivir con 50 mil pesos. Pero hizo un negocio con 10 millones de pesos que en un zas se convirtieron en 54 millones. Con los mismos 50 mil pesos mantuvo a su familia en Atlanta a ritmo de 44 mil dólares en pasajes de avión, 42 mil en renta y 48 mil en colegiaturas.

Entonces la ecuación es simple: Anaya podrá decir que el día que sea presidente encarcelará hasta a Sansón, el de la melena, porque todos por ahí son una bola de corruptos; Anaya dirá que lo persiguen y los intelectuales que lo asesoran podrán firmar miles de cartas a su favor…

Podrá Anaya seguir huyendo para adelante, pero inexorablemente el tema de esos 54 millones terminará ante un juez. De ahí que, si Anaya está tan seguro de su honestidad, ¿por qué no acude a rendir su declaración? De hecho, no tomó la oportunidad que le dio la PGR de hacerlo.

Total, mejor que lo haga: así como los tiempos judiciales han llegado para al menos 12 exgobernadores priistas en este sexenio, así llegarán en el caso de los 54 millones de Anaya, que están vinculados a lavado de dinero con socios de la persona con quien Anaya se hizo de esos 54 millones.

Sí, Juan Carlos y Sergio Reyes García, prestanombres de Manuel Barreiro para la compra de la nave industrial que le reportó los 54 millones a Anaya, contienen el avance de la indagatoria, impidiendo con amparos que fluya la investigación, y Barreiro se fue a Canadá.

Pero los tiempos judiciales llegan, incluso si Anaya gana la Presidencia, porque para entonces existirán un fiscal general y un fiscal anticorrupción, ambos independientes, y un mandatario en funciones podría ser juzgado, como sucedió en Guatemala en 2015.

Precisamente Guatemala es el modelo de Anaya para encarcelar a Enrique Peña, según detalló el domingo, y repitió después. Pero ese modelo no es para expresidentes, es para presidentes. En Guatemala fue encarcelado Otto Pérez siendo presidente, por defraudación aduanera.

Pero, más allá de analogías, Anaya adecentaría mucho su camino a la Presidencia (que ya garantiza tener en la bolsa) si declara de manera voluntaria en la PGR sobre esos 54 millones de pesos, toda vez que el candidato está convencido de su honestidad.

Mientras no lo haga, esos 54 millones de pesos le provocarán más de un buche de bilis, aunque culpe al PRI, culpe al Presidente, culpe a los medios, culpe a Sansón, el de la melena… porque Anaya no acaba de dimensionar que lleva semanas tratando de aclarar cómo se hizo de ¡54 millones!
Él, que asegura vivir con 50 mil pesos.
Y que Juan Pardinas se lo certificó.