¿Ataca Morena a los medios que no están con la “cuarta transformación”?

El productor de televisión Epigmenio Ibarra dio muestra de la esencia autoritaria y antidemocrática del Movimiento Regeneración Nacional.

En su columna “Bajo Reserva” de este viernes, el periódico El Universal consigna la existencia de un audio en el que, durante una reunión con diputados de Morena, Ibarra arremete en contra de los medios de comunicación.

“Tenemos que tener absoluta conciencia de que los medios no están con la cuarta transformación”, se escucha decir al productor, quien además asegura que la prensa quiere destruir a la “mayoría” que representa Morena. Por lo anterior, Ibarra pide a los legisladores cuidar la forma y el fondo de sus expresiones, así como mantenerse vigilantes de la labor de los medios de comunicación.

Para entender la seriedad y las implicaciones de los dichos de Ibarra —uno de los personajes que “hablan al oído” del presidente electo— es obligado cuestionar: ¿Por qué tendrían los medios que “estar con la cuarta transformación”? ¿Acaso no existe el derecho a disentir?

El papel de la prensa en un sociedad democrática no es el de ser “palero” o aparato de propaganda de un gobierno o proyecto político. Por el contrario, su labor consiste en proporcionar a los ciudadanos información, contexto e interpretación sobre los asuntos públicos, para que cada individuo se forje un punto de vista o una opinión propia.

En ese entendido, La Otra Opinión se ha caracterizado por criticar —con base en datos duros y hechos verificables— las mentiras del presidente electo y de su equipo, las inconsistencias de sus proyectos y las contradicciones entre el decir y el hacer.

Desde el pasado 11 de septiembre, el portal de La Otra Opinión ha sido víctima de constantes ataques cibernéticos que por momentos lo han dejado intermitente o fuera de operaciones. Los ataques han sido identificados como “tipo DDOS”, consistentes en emplear bots para generar un tráfico inusual que satura la página e impide acceder a los usuarios reales.

¿Será que alguien considera a La Otra Opinión como enemigo de la “cuarta transformación”?