Atrasar el reloj 40 años

AMLO es el único de quienes buscan la Presidencia que ha sido militante del PRI: no lo han sido Pepe Meade, Ricardo Anaya ni Margarita Zavala. AMLO fue priista con Luis Echeverría, con López Portillo y con Miguel de la Madrid: el PRI que huele a naftalina.

Ese cordón umbilical de AMLO con el priismo políticamente populista y económicamente proteccionista de los años 70 y 80, apareció de manera poderosa ayer, en el arranque oficial de su tercera campaña presidencial: “No somos un país que esté progresando gracias a la apertura externa”.

Eso dijo AMLO: “No somos un país que esté progresando gracias a la apertura externa”. Y entonces dejaron de parecer bromas de la red los memes acerca del inicio del horario de verano: “Si votas por AMLO, recuerda atrasar tu reloj 40 años”.

Fue un discurso de regreso a un pasado de retórica política y de quiebra económica que, luego de 12 años, acabó en un desastre: pérdida total de las reservas, inflación de 29 por ciento, una deuda de 80 mil millones de dólares. Un desastre.

Un desastre del que nos salvó la apertura externa, que tuvo en 1994 la cereza del pastel con la firma del TLC… el mismo TLC que hoy, un cuarto de siglo después, pone al país en ascuas ante cada amenaza de tirarlo, por parte del presidente proteccionista de Estados Unidos Donald Trump.

Resultó curioso que justo ayer dos políticos opuestos a la apertura externa como Trump y AMLO se refirieran al TLC.

En la mañana, Trump tuiteó: México debe detener los grandes flujos de gente a través de su frontera sur o le vamos a quitar su vaca gorda, que es el TLC.

A mediodía, AMLO dijo en su discurso de arranque de campaña: Suelen poner como ejemplo de supuestos logros, beneficios del TLC que, sin ser del todo inexistentes, han tenido un costo altísimo y en términos generales con muy pocos resultados.

Incluso, el propio AMLO atrasó su reloj más de 40 años al elogiar la política económica de Luis Echeverría. “En 1970, cuando las exportaciones de México sólo representaban ocho por ciento del PIB, el crecimiento de la economía era del 6.5 por ciento”.

Una nostalgia enferma por el apocalipsis: con Echeverría la deuda externa aumentó de seis mil millones de dólares, que heredó de Díaz Ordaz, a más de 20 mil millones; y el tipo de cambio fijo (que existía desde Ruiz Cortines a 12.50 pesos por dólar) llegó a los 20 pesos por dólar.

Así que el arranque de campaña de AMLO aclaró de manera meridiana la apuesta de país del candidato de Morena: atrasar el reloj 40 años.

No. No era una broma de las redes.