La plataforma casoanaya.com lanzó un segundo video en el que revela el presunto vínculo entre Ricardo Anaya y los hermanos Juan y Manuel Barreiro.
El material audiovisual exhibe completa la tercera reunión, en Madrid, España, entre Juan Barreiro y una empresaria argentina de nombre María Ordóñez Silva.
En dicho encuentro, Barreiro reafirma que si el candidato de Por México al Frente gana las elecciones presidenciales, “se van al cielo” con las inversiones que la empresaria haría en México. Se habla de una “inversión” que debe entregarse “de preferencia no todo en efectivo”, a Juan Barreiro, quien tras el video, se presume como “recaudador” para la campaña del panista.
Llama la atención que el caso, de ser cierto, es similar al de la exmorenista Eva Cadena, cuando el diario El Universal difundió en abril del año pasado, videos donde se le ve recibiendo dinero en efectivo, supuestamente para su campaña rumbo a la alcaldía de Las Choapas, Veracruz y la del propio fundador de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
Tal y como sucedió con Cadena Sandoval, las autoridades electorales (Fepade) deberán investigar si lo mostrado en los videos en los que aparece Juan Barreiro constituye un delito electoral, o bien, si se agrega a la indagatoria que solicitó el senador Ernesto Cordero en su denuncia contra Anaya, por el delito de lavado de dinero.
Cabe mencionar que uno de los momentos más intensos que se vivieron en el Tercer Debate Presidencial, fue justamente cuando el panista acusó a López Obrador de haber beneficiado con contratos millonarios al ingeniero José María Rioboó (170 mdp).
En ese preciso momento, en el que Anaya Cortés señalaba lo anterior, la segunda parte del video #CasoAnaya era visto por miles de usuarios, quienes comenzaron a cuestionar las pràcticas e hipocresía del exdirigente nacional del PAN.
¿Qué pasaría con los empresarios que aporten a la campaña de Anaya en caso de que gane el candidato del Frente? ¿Serían contratistas favoritos del gobierno de Anaya, tal y como el frentista acusó a AMLO?
Es la primera vez en la historia de México, que un candidato presidencial cuenta con señalamientos por presunto tráfico de influencias y lavado de dinero.
Un conflicto de intereses que, en caso de comprobarse –y de ganar la elección– superaría incluso al escándalo de la llamada Casa Blanca, expropiedad de Angélica Rivera, esposa del presidente Enrique Peña Nieto.
