Después de que una piloto de la aerolínea Interjet, de nombre Alí Ximena García, publicó en su cuenta de Facebook que “ojalá cayera una bomba en el Zócalo” durante los festejos por el día de la Independencia, las redes sociales reflejaron algo que cada vez es más común, la doble moral.
Como Ximena eliminó su cuenta de Facebook, fue en Twitter donde los personas manifestaron su malestar, pero otros la defendieron; incluso algunos tuiteros compartieron imágenes de otros usuarios que en el pasado pedían que le “aventarán una bomba molotov” al expresidente Enrique Peña Nieto.
Esta situación solo denota que como sociedad somos muy susceptibles a caer en algo que se llama doble moral, pues por un lado castigamos a alguien con quien no estamos de acuerdo, pero toleramos otras expresiones que creemos comulgan con nuestros intereses.
Tal vez, la lección que nos puede dejar la acción de la piloto de Interjet, es que ante el error no se debe “sacrificar a nadie”, menos en redes sociales, ya será la institución para que le labora —como es en este caso— quien tome la decisión pertinente.
Aunado a lo anterior situaciones como ésta, muchas veces, son usadas por ciertos individuos para politizar y polarizar más a una sociedad que, de por sí, ya se encuentra atomizada.
