Esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que para el año 2021 buscará organizar una nueva consulta ciudadana para supuestamente conocer la voluntad del “pueblo bueno y sabio” sobre la continuidad de su mandato.
Con esta primicia, desde que Morena obtuvo la mayoría dentro del Senado y pudo reformar el artículo 83 de la Carta Magna – “El presidente de la República podrá ser destituido por el pueblo mexicano una vez transcurrida la mitad de su mandato a través de la consulta popular con carácter de revocación de Mandato” – la democracia del país puede ser quebrantada por la figura de López Obrador.
Tal y como ocurrió con el dictador venezolano Hugo Chávez el cual utilizó el pretexto de la revocación de mandato como trampolín para imponerse como presidente de 1999 a 2014 reeligiéndose en reiteradas ocasiones asegurando, como Obrador, que la democracia era la que lo ponía al frente del país.
Hay que dejar en claro que si bien sólo 30 de los más de 120 millones de mexicanos votaron por Andrés Manuel, sólo representa una cuarta parte del total de la población del país y es esa porción la que escogerá si el titular del Ejecutivo continúa o no en el poder, decisión que como se ha visto en diversas ocasiones imperará si es que continúan haciendo consultas a mano alzada.
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Con tantos arrepentidos, parece que el tabasqueño continúa haciendo campaña para que en 2021 pueda contar, de nueva cuenta, con un padrón electoral suficiente para llegar a la reelección.
