Con Rosario Piedra, Morena cometió fraude como de los que tanto se quejaba: Dresser

Cada vez se ve más cerca una transformación, pero no la que a todos nos prometieron, una metamorfosis de Morena al PRI que tanto "odian"

Especial

¿Cuántas veces los legisladores, simpatizantes y altos mandos morenistas, antes de obtener un puesto en la esfera política mexicana, aseguraron que no serían igual que los de antes, de los famosos conservadores?

Si nos pusiéramos a contar, tan sólo en las conferencias mañaneras, todas aquellas veces en las que el presidente Andrés Manuel López Obrador se quiere y quiere convencer a todos de que él sí es honesto y que todas las malas prácticas se acabaron con su sola presencia tendríamos un panfleto entero.

Sin embargo, con el ascenso de Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) dejó en claro que puede más la ambición de apagar a los contrapesos que en verdad la preocupación por el pueblo mexicano.

Y, por si ser asesora del partido hegemónico en ambas cámaras –Diputados y Senadores– no fuera suficiente, llegar a ser elegida con mentiras y sin la mayoría calificada podría dejar a Morena como un partido con diferentes colores pero las mismas mañas que en años anteriores.

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Así lo describe Denise Dresser en su columna “Fraude obvio” en la que enlista todas las características de la Cuarta Transformación, pero no en el país utópico que tanto le vendieron a los mexicanos sino el nuevo PRIAN del que tanto se quejan, en aquel partido que prometió cambiar de tajo un sistema impuesto por el PRI y en donde nada más han demostrado que no son iguales, tal vez puedan ser peores.