Congreso NL, todos miedosos y el que habla… un tonto

Hace días, en este espacio exhibimos a Roberto Carlos Flores Treviño.

En ese entonces, Flores Treviño era la propuesta para encabezar la Procuraduría de Nuevo León. La postulación, evidentemente, la hizo el gobernador Jaime Rodríguez, el Bronco.

A Roberto Flores Treviño lo expusieron en un presunto acto de tráfico de influencias.

Y es que –gracias a una grabación que difundió el portal Letra Roja–, se supo que el aspirante a gobernador ofreció su apoyo para “sacar del apuro” a un tal “Beto”. Este individuo fue detenido con casi un centenar de cartuchos de 0.45 milímetros.

La lógica indicaría que el congreso neolonés consideraría el hecho y se tomaría algo de tiempo para emitir su deliberación. Incluso algunos esperarían que los diputados echarían abajo la propuesta.

Sin embargo, esto no ocurrió. De hecho, pasó lo opuesto.

El congreso de Nuevo León aceleró los trámites y ratificó a Flores Treviño. Pero hay más. La aprobación de Roberto Flores ocurrió a pesar de que el acto no figuraba en la agenda legislativa. O si lo prefiere, se trató de un albazo.

Y si cree que aquí termina el escándalo, se equivoca. Resulta que ningún legislador –del PAN, del PRI o del PRD–, quiso dar el rostro.

En éste y otros espacios se trató de contactar a las bancadas neolonesas y ninguna acusó recibo. Ni los tricolores, ni los azules, ni los amarillos respondieron por la designación apresurada o por las observaciones en contra del procurador.

Y todavía hay más. Resulta que el diputado que sí dio el rostro, que sí acusó recibo y que sí respondió a las acusaciones… habría hecho mejor en guardar silencio.

En entrevista para La Otra Opinión, el diputado Samuel García del Movimiento Ciudadano aseguró que no hubo premura en la ratificación. Simplemente, matizó, existía un acuerdo entre los legisladores y no vieron la necesidad de prolongar la discusión.

Además, en palabras de Samuel García, los partidos decidieron no ser un obstáculo a los deseos del gobernador Bronco.

Es decir, que las bancadas en el Congreso demostraron –desde el arranque de la legislatura–, que no serán un contrapeso, que ya doblaron las manos ante el gobernador, que son unos miedosos y que quienes deciden levantar la voz… serían más útiles si guardaran silencio.

¡Ése es el gobierno independiente de Nuevo León!