El militar y el máximo mandatario de Corea del Norte, Kim Jong-Un continúa ejerciendo el control de su país a través del miedo, y la mejor forma para ello son las ejecuciones públicas.
En ese sentido, el último ejemplo de fue cuando dos adivinadoras fueron asesinadas a tiros ante miles de personas.
Las mujeres formaban parte de un colectivo llamado Grupo de las Siete Estrellas y afirmaron que dos niños, de tres y cinco años, podían canalizar un “oráculo espiritual” y contar el futuro.
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Ante ello, miles de personas fueron trasladas en marzo a la ciudad de Chongin para asistir al juicio público de las adivinadoras y en las que fueron condenadas a muerte.
Un portavoz oficial explicó a Radio Free Asia que la ejecución estaba diseñada para “mantener el orden social”.