El presidente electo, Andrés Manuel López Obrador pidió a sus funcionarios imparcialidad en el debate y consulta sobre el destino del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
Sin embargo, el próximo titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Javier JIménez Espriú, admitió que las preguntas las planteará el propio equipo de López Obrador, entonces ¿cuál imparcialidad?
Suman ya varios estudios, análisis y opiniones de expertos, quienes han rechazado y criticado la propuesta de hacer una consulta ciudadana para decidir el futuro del NAIM.
El pasado 24 de septiembre, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), aseguró que el análisis de infraestructura y costos está más que documentado y confirma los beneficios de continuar la construcción del NAIM en Texcoco, donde sería un importante motor de crecimiento económico.
Días antes, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón llamó a la próxima administración federal a continuar el proyecto del NAIM en el Lago de Texcoco, pues se estima que generará beneficios económicos por mil millones de dólares al año.
A mediados de septiembre, el Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM) publicó un dictamen –solicitado por AMLO– donde explica que la opción de hacer dos pistas áreas en la base militar de Santa Lucía, sería aún 66 por ciento más costoso que terminar la construcción del NAIM.
La conclusión del análisis fue definitivo: la opción es Texcoco. El CICM, la Academia de Ingeniería de México, y la Unión Mexicana de Asociaciones de Ingenieros coincidieron en que debe continuar la construcción del nuevo aeropuerto en donde se planteó desde un principio, resaltando un mayor beneficio, entre otras razones, por el avance que tiene.
Por su parte, el director internacional del Centro para el Desarrollo de Sistemas Avanzados para la Aviación de MITRE, Bernard Lisker, sentenció que la construcción del NAIM en Texcoco “es nuestra recomendación definitiva”.
Cabe mencionar que, MITRE ha trabajado para México por 22 años, ha analizado todas las posibilidades (siete) para resolver el problema de saturación aeroportuaria de la Ciudad de México. Su postura ha sido la misma desde hace meses, al advertir que implementar la operación simultánea de la Base Militar de Santa Lucía con el actual aeropuerto, se correría un grave riesgo de coalición por tráfico aéreo, además de retrasar aún más los vuelos.
Pese a lo anterior, tanto el futuro titular de la SCT y López Obrador, consideran viable el proyecto de las dos pistas en la base de Santa Lucía. Solicitaron un nuevo estudio a la Organización de Aviación Civil Internacional en su necedad, el cual será entregado este mes y probablemente concluya que la opción es la continuidad del NAIM en Texcoco.
En su necedad, Jiménez Espriú incluso llegó a decir que los estudios —con apabullante evidencia en favor del proyecto de Texcoco y en contra de Santa Lucía— están “mal hechos”. ¿De verdad no hay línea?
