De traidores está lleno el mundo…

El escritor argentino, Jorge Luis Borges publicó en la antología de cuentos Ficciones, la narración “Tema Del Traidor y Del Héroe” en donde relata cómo Ryan, el bisnieto de Fergus Kilpatrick, descubre el misterio sobre el asesinato por un traidor de su antepasado, quien además es un héroe de la revolución irlandesa.

Ryan –luego de llevar a cabo una profunda investigación– se da cuenta de que hay demasiadas similitudes entre el crimen de su bisabuelo y el del líder de la antigua Roma, Julio César; y es que a Kilpatrick –igual que a Julio César– lo asesinó un traidor afuera de un teatro.

De este modo el bisnieto ata cabos y llega a la conclusión de que el traidor que ocasionó la muerte de Kilpatrick fue el mismo Kilpatrick, pues él era el traidor y al ser descubierto fue condenado a muerte.

No obstante, decirle a la gente que su héroe era un traidor representaba un gran riesgo para la revolución que se estaba gestando en Irlanda, por lo que se tuvo que idear un plan para castigarlo, ensalzarlo y detonar la revuelta.

Resulta curioso como de traidores está lleno el mundo, y éstos son siempre los que menos imaginamos.

Por ejemplo, está el caso de la empleada que se ganó la confianza de su jefe con tal de secuestrarlo.

De acuerdo con el portal Letra Roja, Stephannie Nieto Trujillo acudió a pedir trabajo al negocio de la víctima. Así obtuvo información sobre todo el movimiento de la empresa y del dueño, a quien una vez organizado el plan, invitó a un jaripeo al terminar una jornada laboral.

El hombre aceptó y cuando ambos se encontraban en el vehículo del jefe, los cómplices de la mujer interceptaron el vehículo y plagiaron al comerciante.

En el cuento de Borges, el traidor resultó ser el mismo héroe; sin embargo la verdad no fue descubierta sino hasta casi un siglo después de que ocurrieron los hechos.

En la vida real, Nieto Trujillo quiso salir ganando en todos los sentidos, pues siendo criminal pedía rescate por la víctima a la vez que se hacía pasar por testigo.

Lo bueno de este caso es que pasó muy poco tiempo para que la verdad saliera a la luz. Por este motivo la mujer debe pagar una condena de 62 años y una multa de 730 mil 400 pesos.