Decepción Total

A más de una persona he escuchado decir, que se arrepiente de haber votado por López Obrador, más aún, aquel que ha externado semejante afirmación, generalmente añade plañideramente que debió haber sufragado por Meade. Lo malo de los arrepentimientos, es que son tardíos y generalmente, imposibles de revertir.

Y es que lo mismo que el vicioso se arrepiente de los excesos cometidos al amparo de la crápula, a muchos mexicanos les sobran los motivos para desear no haber votado por López Obrador:

Comencemos por decir, que mintió con lo del precio de la gasolina, que no solo se negó a bajar, sino que por los argumentos esgrimidos para negarse a reducirlo, nos llevan a sospechar que en unos cuantos días, en enero, pudiera aumentar.

Añadamos el tema del aeropuerto de la ciudad de México, con las consecuencias negativas para los usuarios y para la navegación aérea en general, que implica no construirlo. Pero sobre todo, con la aberración que implica emitir bonos para respaldar una obra que no se hará. Un completo monumento a la estupidez.

Prosigamos con los nombramientos realizados para el gabinete, que incluyen una cáfila de oportunistas, resentidos sociales y mediocres, que solo han encontrado en la llamada cuarta transformación, un pretexto para vindicar sus frustraciones, consecuencia antes que nada, de su ineptitud.

Adicionemos el conflicto con el poder judicial de la federación, que muchos han tratado de desvirtuar, conscientes de que se trata del último valladar que la voluntad presidencial tiene.

Añadamos los despidos masivos realizados en las distintas dependencias de la administración pública federal, de la peor manera; y la ocurrencia insana, de pretender trasladar las dependencias a entidades distantes, sin más justificante que el capricho y la pretensión absurda de hacer trabajar al personal hasta los sábados. La cereza de tan demencial pastel resulta ser el hecho de que la inmensa y abrumadora mayoría de quienes van a quedarse sin trabajo, sufragaron a favor del oriundo de la Chontalpa.

Sumemos a todo lo anterior, las discordias resultantes de la militarización del país y la creación de ese mamotreto llamado guardia nacional, que podrá utilizarse discrecionalmente y que ha llevado a gente como Tatiana Clouthier a patentizar su desacuerdo y a generar encontronazos con otros actores, como la dirigente nacional de MORENA, Yeidckol Polenvski.

Pongamos el desencanto generalizado propiciado por los recortes presupuestales en áreas tan sensibles como el campo, educación, salud y cultura, que han llevado al hombre de Macuspana, a tener que decir que se trata de errores y que han llevado a distintos personajes a manifestar su disgusto y consecuente decepción, como en el caso de Giménez Cacho, que hasta ahora se vino a dar cuenta de las escasas dotes intelectuales de quien fue su gallo.

Continuemos con los disparates hechos del dominio público, como en el caso de Esteban Moctezuma, que sin tapujos afirmó que a partir de ahora será legítimo copiar, pues hacerlo fomenta el trabajo en equipo, poniendo en evidencia que este individuo ha captado a plenitud el espíritu del lopezobradorismo, que glorifica la mediocridad y que augura nada mas que eso para nuestro sistema educativo. Pero lo más lamentable de este caso, es descubrir que el lopezobradorismo pretende forjar individuos mediocres y tramposos, capaces de apropiarse de lo que no les pertenezca y de mentir a todo trance, para lograr sus objetivos.

Unamos el desaliento propiciado por el casi nulo crecimiento económico expresado por el doctor Carlos Urzua, contradiciendo las afirmaciones en campaña del entonces candidato a la presidencia y descubrir, que contra los propósitos de no endeudar, se prepara todo para solicitar ya préstamos.

Incluyamos la decepción resultante de las obras inútiles, ineficientes o de escaso beneficio como las refinerías, el aeropuerto de Santa Lucía, el tren maya, que no solo no sabemos para cuando, sino si servirán para otra cosa que no sea enriquecer amigos y compadres.

Agreguemos la incertidumbre que provoca no saber de donde saldrán recursos para entrega de dádivas, como subsidios a ancianos y ninis y para pago generalizado de medicamentos, que puede devenir en un boquete financiero de dimensiones inconmensurables

Y concluyamos con el apoyo indiscriminado a causas censurable se como la legalización de las drogas y el aborto y nos encontraremos con un país dividido, frustrado y estupefacto por la mala decisión que tomó, al elegir visceralmente y sin reflexionar.

Desgraciadamente ya no hay marcha atrás. Se han encaramado en el poder una pandilla de incapaces y ambiciosos; y lo único que podemos hacer es manifestar nuestra inconformidad por todas las vías legales posibles y aguardar algo de tiempo, para tratar de sacudírnoslos por medio del sufragio.

Entretanto, hagamos de tripas corazón y aguantemos haciendo gala de paciencia e hígado de acero inoxidable; y aunque a muchos no les guste y yo mismo odie hacerlo, debo decir: se los dije…

Dios, Patria y Libertad