Disturbios en CU y la UNAM… ¡dormida..!

De suyo es cuestionable que un grupo de porros –y fósiles universitarios–, encabecen disturbios y bloqueos en las inmediaciones de la Máxima Casa de Estudios del país.

De suyo es reprobable que un puñado de vándalos mantengan el control de instalaciones universitarias como el auditorio Justo Sierra, que ahora se conoce como Ché Guevara.

Y de suyo es lamentable que las autoridades universitarias respondan con silencios e indolencia a las flagrantes violaciones al Estado de derecho que ocurren al interior de Ciudad Universitaria.

Sin embargo, es incluso más cuestionable, más reprobable y más lamentable que frente a una emergencia como la de la mañana del jueves –en que supuestos estudiantes bloquearon accesos e incendiaron una patrulla en las instalaciones de la UNAM–, la Universidad guarde silencio.

Por donde se mire, resulta difícil de creer que un centro de estudios, que un espacio de aprendizaje y mejora, que una de las universidades con mayor demanda, y que la institución que envía al mercado el mayor número de profesionistas, no fuera capaz de responder a las dudas, a los temores y a los rumores que hubo en torno a estos actos vandálicos.

Y es que, según se aprecia en sus redes sociales, a la UNAM le tomó seis horas posicionarse sobre los hechos de las seis de la mañana del jueves 25 de febrero.

Sin duda es irónico que una de las universidades que egresa la mayor cantidad de periodistas, de comunicadores y de estudiosos de la lengua, no pudiera explicar lo ocurrido. Sin duda es peculiar que en los tiempos de la comunicación digital y la mensajería instantánea, la UNAM no publicara un tuit o un mensaje en Facebook explicando lo ocurrido. Y sin duda es llamativo que, mientras el país entero comentaba los disturbios, la Universidad se mantuvo callada.

En su cuenta oficial de Twitter, la UNAM no publicó una explicación, un desplegado, un boletín a medios o un mensaje a los estudiantes. Alrededor del medio día –seis horas después del incidente–, @UNAM_Mx se limitó a retuitear un mensaje de @ComunicaUNAM_Mx –publicado a las 12 del día–, en donde ofrecían una descripción general de los hechos de esta mañana. No obstante, nunca nadie en las cuentas oficiales de la UNAM respondió a las preguntas de los universitarios, nunca nadie atendió a las versiones equivocadas y nunca nadie intentó responder a los rumores y temores con información oficial.

Algo muy parecido ocurrió con la cuenta @Filos_UNAM –de la Facultad de filosofía y letras–, que también guardó silencio durante todo el episodio violento y durante toda la mañana y la tarde del 25 de febrero.

En resumen, ni la cuenta de la UNAM ni la de la Facultad de Filosofía respondieron en redes sociales, ninguna explicó lo ocurrido y la cuenta que sí dijo algo –@ComunicaUNAM_Mx–, lo hizo seis horas después de los hechos violentos.

¿Ésa es la capacidad de respuesta de la mejor universidad de México? ¿ésa es la calidad de los comunicadores universitarios? ¿ése es su nivel de entendimiento de las redes sociales y las nuevas tecnologías de información?