¿Dónde hay elecciones de estado?

En este momento, en algunos estados se percibe lo que comúnmente se conoce como elecciones de Estado. Es decir, procesos electorales en donde el candidato afín al gobierno en turno recibe todo el apoyo de la administración en el poder.

Dos casos parecen los más relevantes:

El de Puebla, donde Rafael Moreno Valle ha negociado en favor de su delfín, Tony Gali, y mueve cielo, mar y tierra para cerrar el paso a la priista Blanca Alcalá.

A su vez, en Tamaulipas se vive un escenario casi idéntico. El gobernador Egidio Torre Cantú tira de los hilos para favorecer la llegada del tricolor Baltazar Hinojosa. No obstante, a la cabeza de las preferencias –según algunas encuestas–, aparece el panista Francisco García Cabeza de Vaca.

Hay otras entidades como Durango, Zacatecas y Chihuahua, en donde los candidatos del PRI eran los favoritos del gobernador en turno.

Es así que, de forma discreta, los mandatarios locales cobijan a los abanderados del tricolor.

Y en el caso opuesto, hay gobernantes que negocian con la oposición –como Gabino Cué en Oaxaca que tendría un pacto con el PRI de Alejandro Murat o Javier Duarte y su alianza con Morena–, así como mandatarios que se han desentendido del proceso electoral. El mejor ejemplo lo vemos en Sinaloa y en Quintana Roo, donde los gobernadores Mario López Valdez y Roberto Borge, respectivamente, se han hecho a un lado y pintaron su raya con el proceso electoral.