Durante la conferencia de esta mañana, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, comentó que durante su permanencia en Estados Unidos las negociaciones para evitar la aplicación de aranceles a productos mexicanos se realizaron bajo la normativa de un ultimátum.
“En lo que lleva este gobierno ha sido el momento más difícil, la negociación fue muy tensa. Un objetivo primordial fue separar las dos esferas, por un lado lo migratorio y por otro lo económico… El tono era de ultimátum, nos recibieron con el reporte de mayo, con una cifra superior de 140 mil personas, a fines de este año estarían llegando más de un millón…”, agregó.
De igual forma, el secretario de Relaciones Exteriores dejó en claro que “ceder” ante las peticiones del presidente Donald Trump no era una opción, pues una guerra comercial hubiera implicado poner en riesgo del nuevo Tratado Comercial (T-MEC) entre los tres países de Norteamérica.
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“El tema de las tarifas qué implica para México… Hay que recordar que tenemos un tratado y si se aplican las medidas unilaterales y se rompe lo negociado… Estimamos que entrar en una guerra comercial implicaría aumentar el IVA un 10%, pérdida de más de un millón de empleos, caída del Producto Interno Bruto (PIB)… Logramos que los temas se separen de nuevo, que el tema migratorio esté en una mesa, y el comercio en otra”.
