El aborto: ¿Morena contra “el plan original de Dios”?

Una de las pocas banderas de la izquierda retomadas por el equipo que conformará el próximo gobierno es la de la despenalización del aborto, impulsada principalmente por la ex ministra Olga Sánchez Cordero.

Desde el periodo de campañas, la futura secretaria de Gobernación adelantó que buscaría llevar a nivel federal este mecanismo que ya es una realidad en algunas entidades del país, como la Ciudad de México.

Además, el pasado 28 de septiembre, la presidenta morenista de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, Miroslava García, afirmó que la bancada obradorista también impulsará la despenalización del aborto en todo el país.

Pero la respuesta de la iglesia católica no se hizo esperar.

El pasado domingo, el canónigo de la Basílica de Guadalupe, Jorge Antonio Ramírez Palencia, arremetió en contra de los “movimientos sociales y políticos que apoyan el aborto y desconectar a los enfermos”. Al referirse particularmente a la interrupción legal del embarazo, dijo que se trata de una especie de “asesinato asistido”, y aseguró que “el plan original de Dios es tener un alma desde la concepción”. Por eso, pidió “aplicar la palabra de Dios sin meternos en tantas discusiones”.

Por eso, no parece casualidad que tras las palabras del canónigo —y luego de que el Papa Francisco comparó el aborto con la contratación de un “sicario” para “eliminar a una persona problemática— Morena haya matizado su postura.

Este miércoles el senador morenista José Narro Céspedes aseguró que la despenalización del aborto no es uno de los temas prioritarios de la agenda de su partido.

Sería una pena que por cálculos políticos, Morena dé reversa a una de sus pocas propuestas de izquierda.

Las decisiones sobre la legislación y las políticas públicas deben tomarse con base en un enfoque de derechos, y no de acuerdo con un supuesto “plan original de dios”.

Propuestas como la despenalización del aborto siempre enfrentarán el rechazo de ciertos sectores de la población. Sin embargo, los derechos humanos —en este caso, el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo— no pueden ser objeto de consulta.

No hay pretextos: Morena tiene los votos en el Congreso para hacer realidad una de las principales demandas de la izquierda mexicana y del movimiento feminista. Lo único que hace falta es voluntad política.

Y ya que hablamos de derechos, también sería ideal que el presidente electo y su partido le entren al tema del matrimonio igualitario.

¿Se atreverá Morena a dar un paso histórico? ¿O sucumbirá ante la presión de quienes alegan un supuesto “plan original de dios”?