El Bronco ¿no que era un fenómeno?

El rechazo notorio a la entrada de El Bronco en la boleta presidencial contrasta con la aureola que le dieron hace sólo tres años los grupos que detestan a la clase política, porque El Bronco, según ellos, representaba el descontento y el desgaste de los partidos políticos.

Antes y después de ganar las elecciones de Nuevo León, con más de 25 puntos de ventaja, simbolizaba para los grupos que aborrecen a la clase política “un gobierno ciudadano” y “el inicio de una segunda Revolución mexicana que cambiaría la conciencia”.

¿De verdad lo creían así esos grupos? No. Lo decían sólo porque Jaime Rodríguez Calderón se declaró “antisistema”, “antigobierno”, “anti-Peña” y usaba palabras “del pueblo”, al igual que las usa AMLO. Sólo con ese barniz lo compraron, porque ésos compran cualquier cosa que alivie su resentimiento social.

Y les valió sorbete que El Bronco tuviera 33 años de militancia priista, como ahora les vale sorbete que la comandante Nestora sea secuestradora, Napito prófugo por robarse 55 millones de dólares, que Bartlett haya tumbado el sistema en 1988, que Alfonso Romo gozara del Fobaproa…

Pero si El Bronco hubiera sido candidato del PRI al gobierno de Nuevo León (en lugar de candidato independiente), esos mismos grupos que odian a la clase política no lo habrían bajado de corrupto, pues argumentos tenían, sólo que se los guardaron porque ya era de los buenos, ya era antisistema.

Según Televisa Monterrey, El Bronco ocultó 72 mil metros cuadrados de solares urbanos y 62 hectáreas de parcelas, y en su declaración patrimonial omitió incluir esas propiedades y, claro está, obtuvo la titularidad o los derechos siendo funcionario estatal priista desde 2006.

El Bronco se hizo de 38 terrenos; su esposa, de 15; su hija Victoria, de 12; su hija Zoraida, de otros 11 solares; su hija Silvia de 11 y su hija Valentina de cinco: la familia consiguió 70 mil 532 metros cuadrados listos para urbanizarse y el candidato independiente no los declaró.

La conversión de El Bronco bastó para que esos grupos que detestan a la clase política enterrasen estos actos que cometió el priista Rodríguez Calderón, y lo volvieran un ídolo de 141 mil electores de 18 y 19 años que votarían por primera vez, más millón y medio de entre 20 y 34 años.

Y le activaron para su campaña “antisistema” una enorme red de jóvenes voluntarios en Twitter, Periscope, Facebook, WhatsApp, que permitió que los ataques y encuestas en su contra lo hicieran ver como “víctima” de un “complot” de los “poderes fácticos” y de “los medios tradicionales”.

Esos grupos que detestan a la clase política crearon el fenómeno El Bronco.
Ahora…
Que con su pan se lo coman.