EL MACHISMO. EL MIEDO A LA FEMINIDAD

Un domingo por la tarde, un grupo de amigos que se conocieron cuando se encontraban estudiando la preparatoria, acordaron reunirse en aquel restaurante para recordar viejos tiempos, pero ahora acompañados por la pareja y en algunos casos, por sus hijos.

En algún momento Arturo se levantó, tomó en brazos a su bebé y con pañalera al hombreo se dirigió a los baños. Como en el baño de hombres no hay “cambiador”, le pidió a la mujer de la limpieza que lo apoyara para ver que no hubiera nadie en el baño de mujeres e igualmente, que no entrara nadie mientras le cambiaba el pañal a su bebé.

Cuando regresó a la mesa, Arturo fue víctima de las bromas de los amigos: “para qué armas tanto relajo, que tu esposa cambie al bebé”, “las mujeres se encargan de eso por esa razón el cambiador está en el baño de mujeres y no en el de hombres”, “¿que hoy te tocó hacerle de niñera?”.

Lo anterior lleva a plantear las siguientes preguntas: ¿las expresiones de este grupo de hombres  pueden calificarse como machistas?, ¿por qué un hombre puede llegar a desarrollar conductas y actitudes machistas?

La Real Academia Española (RAE) define al machismo como la actitud de prepotencia de los hombres respecto de las mujeres. Se trata de un conjunto de prácticas, comportamientos y dichos que resultan ofensivos contra el género femenino.

El machismo es un tipo de violencia que no sólo discrimina a la mujer sino incluso, a los hombres homosexuales o todo aquel hombre cuya conducta exhiba alguna característica que suele estar asociada a lo femenino —-como cambiar el pañal del bebé—.

Se piensa que en nuestro país, el término “macho” surgió durante los acontecimientos revolucionarios, con mayor precisión entre 1910 y 1915. En esa época era necesario contar con hombres dispuestos a  combatir en el frente, sin embargo en esta lucha también estuvieron presentes las mujeres.

Por su parte, para el sociólogo Salvador Reyes Nevares, la sociedad mestiza se forjó dentro de una bisexualidad: los conquistadores españoles jugaron el rol de intrusos masculinos activos que, literalmente, violaron a la civilización india pasiva/femenina. 

Representaron a los primeros machos; hombres valientes, crueles, incansables, audaces y villanos. Una vez conquistados, los indios se rindieron con lamentos y pasividad femenina. Por lo tanto, al macho moderno, Reyes Narvaez lo equipara con el mestizo inseguro producto de esta bisexualidad, es decir, es un hombre atormentado por la femineidad del papel del indio y la traición de la Malinche, por lo que busca el resarcimiento y adopta un papel hipermasculino.

Por su parte, para Freud (el padre del psicoanálisis) lo femenino estaba asociado a la pasividad y lo masculino con la actividad. Igualmente introdujo el concepto de bisexualidad, el cual establece que que todo ser humano tendría disposiciones sexuales tanto masculinas como femeninas, que se manifiestan  en los conflictos que experimenta para asumir su propio sexo.

Para diferentes autores, en el centro del machismo mexicano se encuentra la negación de esta  bisexualidad en donde el hombre escapa aterrado de su parte femenina y busca remarcar la parte de la masculinidad mediante la agresión y la violencia.

De esta manera, para muchos hombres el machismo representa una lucha esencialmente inútil y destructiva para superar el sentimiento de debilidad, sensibilidad y de dependencia mediante la búsqueda del dominio de personas a las que considera débiles como es el caso de la mujer.

El hombre machista lo que esta buscando es huir de su parte femenina que representa su parte sensible y débil aunque esta huida resulte inútil.