El némesis de Napoleón, ¿también a Morena?

Los efectos secundarios del Amlodipino, al parecer le están haciendo efecto a Andrés Manuel López Obrador.

Ahora el tabasqueño quiere juntar el agua y aceite en el caso de empresas y sindicatos mineros. Por un lado hizo un llamando a Germán Larrea, dueño de Grupo México y de la mina de Pasta de Conchos en la que murieron 65 mineros. Por otro lado, estableció una alianza con el Sindicato Minero que comanda Napoleón Gómez Urrutia, el cual agrupa a los compañeros y deudos de los fallecidos precisamente en Pasta de Conchos.

AMLO busca congraciarse “sin rencores” con Larrea y otros empresarios de gran talla como Carlos Slim y Alberto Bailleres –supuestamente– para lograr un acuerdo y sacar adelante al país:

“Con todo respeto le digo a Germán Larrea, de la minera México, de Grupo México, que vamos a buscar con él, con Bailleres, con Slim, un acuerdo para sacar adelante al país, que los convoco a que juntos, sin pleitos, sin rencores, se logre la unidad para sacar a nuestro querido México del atolladero en el que se ha metido, entonces necesitamos de la unidad”, dijo el tabasqueño tras una reunión con empresarios.

Con este tipo de declaraciones, AMLO trata de hacer caso a sus estrategas y llevar una relación cordial con los empresarios, ya que es el candidato presidencial  que menos confianza despierta en inversionistas, no por su plan económico, si no por su discurso que pone en duda su capacidad de tener estabilidad en el país.

El problema es que, por otro lado,  López Obrador estableció una alianza y ofreció una senaduría a Napoleón Gómez Urrutia, el polémico líder minero –que jamás trabajó en una mina– y que mantiene una relación conflictiva con Larrea. En primer lugar, porque se le acusa proteger los intereses de empresas mineras canadienses, las principales competidoras de Larrea y Grupo México.

Y en segundo lugar, porque los familiares de los mineros fallecidos en Pasta de Conchos –parte de la clientela del sindicato de Gómez Urrutia– acusan a Germán Larrea y a Grupo México de obstaculizar el rescate o la búsqueda de los mineros fallecidos, calificándolo de “homicidio industrial”, además de obtener una pensión de tan sólo mil 890 pesos.

Ni el sindicato, ni el Grupo México han puesto atención a crear un hospital de especialidades que atienda la silicosis, enfermedad común entre los mineros de carbón, causada por un polvo que afecta los pulmones hasta que a la víctima le es imposible respirar y muere.

A pesar de ello, AMLO trata de reunir en Morena a estas dos contrapartes, que en lugar de beneficiar, mucho han perjudicado a los mineros.