EL ODIO VERDE

MORENA es un partido integrado por tránsfugas de otros institutos políticos. El propio López Obrador da fé de ello.

Por tanto, se trata de un partido sin ideología propia, como no sea la toma del poder y en el que caben los radicalismos más extremos, toda vez que es integrado por seres sedientos de revancha, que trasuntan rencor social desmedido.

En similar orden de ideas, MORENA cobija y prohija toda suerte de movimientos radicales: los maestros de la CNTE, los normalistas de Ayotzinapa, los electricistas del SME, los macheteros de Atenco y las integrantes de los pañuelos verdes.

Las pañuelos verdes son una organización argentina, promotora del aborto y la ideología de género, que se caracterizan por su violencia y su marcada convicción antisocial, financiadas con fondos proporcionados por el magnate George Soros.

Con los senos al aire y los rostros cubiertos, sus integrantes agreden, golpean, vandalizan, grafitean espacios públicos, iglesias y a elementos de las fuerzas de seguridad y de la prensa, utilizando un disparatado lenguaje de odio contra toda clase de instituciones y orden social establecidos.

Las integrantes de estas agrupaciones se dicen luchadoras sociales, pero no son sino auténticas sociópatas, que en la causa de una pretendida liberación y defensa de la mujer, encuentran pretextos para delinquir.

Semejante clase de inadaptadas, cuentan con el auspicio y promoción de destacados integrantes de la llamada Cuarta Transformación, como son: la secretaria de gobernación, Olga Sánchez Cordero, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, la senadora Jesusa Rodríguez, el diputado federal Gerardo Fernández Noroña y ese conspicuo y curioso personaje, que interactúa en el congreso de San Luis Potosí, conocido como “el mijis”.

Hoy día las pañuelos verdes están por todas partes promoviendo su inicuo mensaje de oscuridad y muerte, si bien en diversas entidades han sido rechazadas, por la abrumadora mayoría del pueblo mexicano, que por fortuna, aún posee ideales y convicciones saludables.

Sabiéndose con recursos económicos casi ilimitados y confiadas por el apoyo de las altas esferas del poder, esta clase de gente promueve el lenguaje del odio de género, del rencor social, de la intolerancia religiosa, del ataque a la disidencia, propiciando linchamientos mediáticos, porque la única alternativa aceptable para ellas, es apoyarlas de manera irrestricta.

Huelga decir que semejante clase de gente, cuenta con el apoyo mayoritario de los medios de comunicación y figuras de la farándula, que consideran es de buen tono, ostentarse como liberales y modernistas.

Los mexicanos debemos estar prevenidos contra el quehacer de semejantes colectivos y rechazarlas tajantemente, agrupándonos y no dejándonos intimidar. Somos más, muchos más, quienes nos oponemos a sus degeneres y perversiones.

Ahora más que nunca es preciso informarse y apoyar alternativas políticas distintas a las ideas disparatadas y de matiz antisocial promovidas por el ala más radical de la izquierda mexicana, que busca a toda costa instaurar una dictadura de marcada connotación autoritaria en nuestra patria.

Pero bueno es que estos adversarios de la mexicanidad y el orden establecido sepan, que se encontrarán con gente dispuesta a resistir, a oponerse a sus designios y a defender, incluso a costa de la vida, sus ideales y convicciones.

Hacemos votos para que lo trastornado de muchos de los integrantes de la administración federal en turno, no llegue al extremo de propiciar un estallido social análogo al de la Cristiada.

La defensa de la Catedral Metropolitana de parte de los católicos capitalinos, ante la convocatoria de la marea verde, es prueba fehaciente de ello. Lo anterior, pese a la actitud feminoide de la iglesia mexicana, a la que solo le faltó condenar la convocatoria de los fieles, para defender su templo.

La irrupción en escena de la Guardia Nacional Cristera, es una bocanada de esperanza y de aire fresco, que demuestra a los enemigos del progreso de la patria, que no se saldrán con la suya. Que si hay mexicanos dispuestos a luchar y resistirse, si intentan imponernos su ideología de horror y asesinato.

Nadie quiere la confrontación, sino por el contrario, es deseable siempre la solución conciliatoria de los conflictos de intereses. Pero si de eso se trata, estamos listos. Nunca permitiremos los mexicanos bien nacidos que se envenene a nuestros hijos con ideologías ajenas a nuestro ser nacional. Ya lo saben, bajenle dos rayitas…

Dios, Patria y Libertad