El presidente y el matrimonio igualitario, buen inicio pero falta…

Este martes, en el marco del día internacional contra la homofobia, el presidente Enrique Peña Nieto presentó una iniciativa que:

  • Incluye en la Constitución el derecho al matrimonio igualitario.
  • Llama a modificar el Código Civil Federal para fomentar la igualdad y evitar la discriminación.
  • Apela a la igualdad de condiciones para la adopción.
  • Abre la posibilidad de que cualquiera solicite la expedición de una nueva acta de nacimiento en caso de que haya modificado su género.
  • Considera la modificación de causales de divorcio pues hoy, dijo el presidente, resultan anacrónicas, inoperantes, obsoletas y discriminatorias.

Por donde se vea, la iniciativa del presidente –además de ser una apuesta de avanzada–, tiene un interesante contenido político.

Y es que, con medidas como ésta, el gobierno de Peña Nieto deja ver que las banderas de izquierda están con su administración y no con proyectos como el de López Obrador que, en los hechos, está más cerca de la derecha.

Sin embargo, también es cierto que el proyecto está lejos de ser la iniciativa que resolverá los problemas de inequidad, discriminación y acoso para la comunidad LGBTTTI.

¿Por qué?

Porque como explicó Luis Manuel Arellano –colaborador de La Otra Opinión–, el matrimonio es materia civil y sus particularidades atañen a los códigos civiles de cada entidad. O si lo prefiere, que una modificación a la Constitución hace poco por alterar las restricciones de los códigos civiles –o penales–, que mantienen el esquema de restricciones para las parejas del mismo sexo que buscan contraer matrimonio.

Es así que, aunque lejos del óptimo, la iniciativa presidencial reafirma un precedente –antes respaldado por la Suprema Corte–, e insiste en presentar su administración como una de avanzada.