El PRI cambia para no cambiar

En su discurso de renuncia a la dirigencia del PRI, Manlio Fabio Beltrones advirtió que su partido debe cambiar, que debe reformarse y que debe adaptarse a las demandas de la sociedad.

Curioso, no es la primera vez que en el PRI circula la especie de la renovación. Ésta es la historia:

En marzo de 1989, el PRI cumplió 40 años.

En aquella ocasión, el primer priista –Carlos Salinas de Gortari–, advirtió que el país vivía “una realidad distinta” y que el PRI debía adaptarse “a un México nuevo, cuya diversidad de intereses y de ideas nos conduce hacia un sistema de partidos más abierto y competitivo”.

A su vez, el entonces presidente nacional del PRI –Luis Donaldo Colosio–, dijo que “la democratización del partido es una realidad irreversible. Muchas veces se ha dicho que vamos a cambiar y no lo hemos logrado. Esta vez no podemos fallar”.

El 4 de marzo de 1990, el presidente Salinas conmemoró los 41 años del PRI y en su discurso titulado, “El PRI debe reconocerse en la nueva realidad del país”, adelantó una reforma al tricolor que incluiría, entre otros cambios, “que los candidatos a cargos de elección popular surjan a través de mecanismos democráticos” y “que exista claridad en el origen de los recursos del partido”.

Fue así que entre el 1 y el 3 de septiembre de 1990, durante la XIV Asamblea Nacional del PRI, la cúpula del tricolor anunció el nacimiento de un nuevo partido.

En su discurso de apertura, Colosio adelantó que pondrían “punto final a la perversión política de las decisiones cupulares y centralizadas, a la imposición y a la antidemocracia”.

En esa fecha, Colosio también reconoció que se tomarían decisiones “sin autoengaños, sin simulaciones” y que marcharían “a la reforma del partido” pues “el cambio es el signo de nuestro tiempo”

En sus palabras de clausura, el mismo Colosio adelantó que los requisitos para ser candidatos del PRI serían la “militancia, honorabilidad, probidad, capacidad, identificación con su pueblo, ánimo y convicción democrática”.

A sí mismo, Colosio celebró que su partido logró una reforma “para que el partido pueda representar y agregar los intereses sociales en forma más eficaz”.

E incluso se habló que luego de esa asamblea habría “Un nuevo partido […] el partido de la democracia, el partido de las libertades, de la justicia social y de la soberanía […] un partido transparente en sus finanzas y con cuentas claras […] Un partido comprometido con la verdad y el rigor.

Las palabras de Colosio fueron cuatro años antes de su asesinato, cuatro años antes del asesinato del entonces presidente nacional del PRI, Juan Francisco Ruiz Massieu y 10 años antes de que el PRI perdiera el poder presidencial y saliera, una vez más, con la promesa de adaptarse y renovarse.

Y curiosamente, la tarde de ayer, cuando Manlio Fabio Beltrones renunció a la dirigencia nacional de su partido, dijo: “Nos queda claro que nuestro partido tiene que cambiar. Es necesaria una transformación a fondo para servir mejor a la gente y conectarnos más con la ciudadanía, tanto en sus causas y aspiraciones como en el rechazo hacia políticas públicas con las que no coinciden”.

¿Ahora sí va en serio?