¿El Verde mató a los animales de circo?

Cuando uno asistía a las funciones de circo, era común ver elefantes, dromedarios, caballos, perros, leones, tigres y demás animales. Sin embargo, esto terminó cuando el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) –alentado por la sociedad civil y organizaciones defensoras de animales– tuvo la flamante idea de prohibir los shows de esta naturaleza.

Mientras unos cuestionaban el destino de estos animales, otros aplaudieron la iniciativa del Verde. Meses después, los hechos dejan ver que el 80 por ciento de estos animales murieron.

De acuerdo con un reportaje de Milenio, de los mil 289 animales censados hace un año por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) –en los 80 circos del país– “no más de 300 están vivos”. El resto fueron comprados por coleccionistas privados, vendidos a taxidermistas, cayeron en manos de traficantes o ahora están convertidos en tapetes.

A pesar de las advertencias de los cirqueros, el Partido Verde hizo caso omiso y siguió con su iniciativa sin sentido.

Y es que más allá de la bandera de la protección del Medio Ambiente, el objetivo primordial del Verde parece ser el dinero. ¿Por qué? Porque esta franquicia familiar disfrazada de partido político ha resultado harto redituable para muchos políticos y también para muchos empresarios.

Sobre el tema, luego de la muerte del gorila Bantú en el Zoológico de Chapultepec, el PVEM dijo que iría en contra de los zoológicos capitalinos, de los acuarios y de las tiendas de mascotas.

¿Acaso esperan que los animales de zoológicos, acuarios y tiendas de mascota terminen igual que los animales de circo?

Si el Partido Verde intenta ser recordado por brindar protección a los animales de circos, lo cierto es que pasarán a la historia por haber contribuido en la muerte de estas especies. Y claro otros –quizá la mayoría– recordarán al Verde como el promotor de la pena de muerte a secuestradores, por contratar actores y conductores para que hablen bien del partido y por hacer alianzas con cualquier instituto político que le permita seguir haciendo negocio con la política.