El Viacrucis del Viacrucis en Iztapalapa

En Iztapalapa, la representación de la Pasión de Cristo se convirtió en un dolor de cabeza… y no, no se debe a la corona de espinas del nazareno. Este año, además de cargar una pesada cruz, el “Cristo de Iztapalapa” tendrá que cargar con un conflicto de posturas al interior del Comité Organizador de la Semana Santa, A.C.
Y es que el espíritu de Judas Iscariote habría poseído a Miguel Morales Laurrari –presidente del Comité y organizador de la 173 Representación de Cristo–, a quien acusan de malos manejos y de haber convertido la “Pasión de Iztapalapa” en un motín político, personal y económico.
Todo indica que las lágrimas de la Magdalena no alcanzarán para detener este conflicto, el cual amenaza con boicotear la representación del viacrucis. Y es que, dicen, Miguel Morales Laurrari es militante de la corriente Nueva Izquierda del PRD, mientras que el secretario general del comité, Joaquín Rueda, es funcionario de la Consejería Jurídica, dependencia a cargo del señor Manuel Granados, quien pertenece a otra tribu amarilla. Y por si esta tensión no basta, dicen los enterados que muchos de los actores y organizadores de evento serían afines a distintos grupos del PRD.
Todo empezó, según se ha explicado, cuando el Comité organizador habría ignorado a los habitantes del Barrio de Santa Bárbara –quienes interpretarán a los romanos–, es así que los habitantes de los Ocho Barrios de Iztapalapa ya aseguran que la tradición de la Semana Santa estaría podrida por culpa del gobierno delegacional.
Además, hay voces que insisten que desde que Miguel Morales está al frente del Comité –a finales del año pasado–, el Gobierno delegacional redujo el presupuesto para la interpretación de la Pasión de Cristo pues, dicen, se habrían detectado “excesos y abusos”.
En esta lógica, igual que Poncio Pilato, más de uno pretende lavarse las manos. Prueba de ello es que Dione Anguiano, jefa delegacional de Iztapalapa, se deslindó del conflicto y advirtió que se trata de una pelea interna y que las autoridades se mantendrán al margen para evitar la politización del evento.
No obstante, los iztapalapenses que están involucrados en la Pasión de Cristo dicen que la delegada Anguiano únicamente autorizó cerca de seis millones de pesos y no los 14 millones que inicialmente pidió el Comité organizador.
Asimismo, los que estuvieron involucrados en la organización de la Representación de Cristo dicen que esta historia no es nueva, que cada año padecen el mismo calvario.
Eso sí, el asunto tampoco es claro entre los habitantes del Cerro de la Estrella. Mientras que algunos se dan golpes de pecho porque les dieron menos dinero, otros insisten que los recursos que sobraron de las representaciones anteriores se han desvanecido en el aire. Incluso se habla de organizadores crucificados –que no resucitaron al tercer día– pues varios huyeron de la delegación con el botín que implica la representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa.
Por cierto, no está de más señalar que los templetes utilizados en la representación fueron pintados de blanco y rosa. Es decir, con los colores que distinguen al Gobierno de la Ciudad de México, que encabeza Miguel Mancera. Esta acción, sobra decir, tiene molestos a varios pues, insisten, se rompe con la tradición.