Empresarios, ojo por ojo con la CNTE

Para muchos, los reclamos de los empresarios oaxaqueños hacia las autoridades están plenamente justificados por los bloqueos y marchas de la CNTE, que han dejado millonarias pérdidas económicas en Oaxaca. También es cierto que las autoridades han fracasado al  garantizar los derechos a la ciudadanía y por no castigar las acciones vandálicas de la Coordinadora. Sin embargo, lo que no se justifica es la forma del reclamo.

Este lunes, empresarios y comerciantes de Oaxaca iniciaron un paro de actividades de 24 horas como protesta por la crisis económica causada por las acciones de la CNTE, así como por la ineficacia del Gobierno para resolver el conflicto. ¿Pero cómo ayudará esta medida a resolver el problema de los empresarios?

Si bien es cierto que con el paro de actividades los empresarios ejercen presión sobre el Gobierno para que actúe con prontitud y ponga a la CNTE en cintura, el paro no ataca la fuente del problema: a la CNTE. En lugar de aliarse con el Gobierno en contra de un adversario en común, el empresariado ha elegido imitar la táctica de la CNTE; esa práctica de la que tanto se ha quejado.

Así como la CNTE consiguió poner a los empresarios en contra del Gobierno, parece que la estrategia de los empresarios es generar descontento entre la población para amplificar la presión sobre las autoridades. Y es que el paro de actividades no sólo también afecta al pueblo de Oaxaca; miles de personas quedaron varadas este lunes ante la falta de operarios del transporte público, además que los empleados del sector hotelero y restaurantero —que en buena medida generan ingresos gracias a las propinas y a la actividad económica del día a día— verán sus bolsillos afectados al no poder trabajar.

Como resultado, la ciudadanía es la afectada por el fuego cruzado entre el Gobierno, la CNTE y los empresarios: la economía, la movilidad y la educación son presas de los intereses de unos pocos.

Lo más lamentable es que tanto el magisterio como los empresarios se han quedado con la estrategia de dañar a terceros para mostrar su poder y obligar al Estado a intervenir. Los miembros de la iniciativa privada pasaron por alto el dicho popular el dicho popular “no hagas a los otros lo que no te gustaría que te hagan a ti” y recurrieron al “ojo por ojo, diente por diente”. Mientras tanto, el respeto a los derechos de terceros y la creatividad para manifestarse de formas distintas e incluso unir fuerzas para hacer frente a los problemas comunes brilla por su ausencia.