En Cuba, la dictadura cambia de apellido; ¿también en México?

¿Será que, en caso de ganar López Obrador, la “dictadura” en México nada más cambiará de apellido?

Miguel Díaz-Canel, fue elegido este jueves como el nuevo presidente de Cuba por la Asamblea Nacional, en sustitución del general Raúl Castro, quien se retira del poder tras doce años al frente de ese país.

Por primera vez en cerca de 60 años se eligió como primer mandatario de la isla a alguien ajeno a la familia Castro… o eso se pensaría. De ser un momento histórico para el mundo y el país caribeño, el relevo supone un cambio de tirano, pero mismo régimen.

El Partido Comunista, del cual emanó el nuevo presidente de Cuba ha simulado desde el año pasado la transición a un régimen democrático a los ojos del orbe. Fueron ratificados 605 candidatos al mero estilo del “dedazo” por la jerarquía castrista. Raúl Castro dejó todo “planchado” para continuar con su mandato a través del PC.

Amnistía Internacional señaló este lunes que el fin del mandato de Raúl Castro debe suponer “el anuncio de una nueva era” para los derechos humanos en la isla. Para AI, el relevo en la presidencia se presenta como una “oportunidad histórica” para “entablar un diálogo esencial y constructivo sobre el futuro de Cuba“.

Dicha organización señaló algo parecido en 2013, cuando el expresidente de Venezuela, Hugo Chávez, murió a causa de un cáncer terminal. Nicolás Maduro le sucedió, pero la dictadura continúa hasta la fecha.

Hay todavía la duda nacional e internacional respecto a la legitimidad de Maduro en el poder, pues de acuerdo con el artículo 233 de la Constitución venezolana, tendría que haber sido presidente de la Asamblea el que asumiera la presidencia al producirse la falta absoluta de presidente antes de la toma de posesión.

Nicolás Maduro aprovechó la situación y sentenció las elecciones en las que resultaría triunfador. No importó la Asamblea ni la Constitución, mismas que ahora usa a su antojo para seguir su mandato en una Venezuela envuelta en una de las peores crisis humanitarias del mundo moderno.

Más allá de lo que suceda en los países caribeños carentes de diversas libertades, vale la pena reflexionar sobre el punto de la continuidad de un régimen en nuestro país.

Hay que recordar la reflexión que hizo el escritor peruano, Mario Vargas Llosa en 1990 en un debate en compañía de Enrique Krauze y Octavio Paz.

Vargas Llosa, con temor a ser “inelegante”, explicó que no creía que México estuviera exento del término de dictadura, asegurando que “México es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo, no es Fidel Castro. La dictadura perfecta es México”.

El escritor se refirió después de manera explícita al PRI y sus métodos de permanencia como metáfora de lo que implica una dictadura.

Ahora, continuando la reflexiva, habría que preguntarse si México está a punto de cambiar de tirano para mantener el mismo régimen, toda vez que con el hipotético triunfo del candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, se vislumbra la situación de Cuba y Venezuela.

Expertos, empresarios, políticos y parte de la ciudadanía aseguran que el Movimiento de Regeneración Nacional es el nuevo PRI. Un montón de “cascajo políticos” que recogió López Obrador, no sólo de expriistas, sino de todas las instituciones políticas.

Aunado a lo anterior, cabe mencionar que las ideas de AMLO evidencian su populismo setentero e ideas viejas arraigadas por su paso en el Revolucionario Institucional.

¿Será que, en caso de ganar López Obrador, la “dictadura” en México nada más cambiará de apellido?