La salida de Arturo Escobar de la secretaría de Gobernación –y el caso que el político enfrentará ante la Fiscalía Especializada para Atender Delitos Electorales–, podría ser una suerte de mensaje ejemplar.
¿A qué nos referimos? Vayamos por partes.
Aunque el nombramiento de Arturo Escobar fue un error de cálculo político…
Aunque los asesores del gobierno federal se equivocaron al palomear la llegada de Escobar a una subsecretaría de la Secretaría de Gobernación…
Y aunque el cargo de Escobar era insostenible…
Lo cierto es que, en el fondo, el gobierno federal envió un mensaje muy claro: los que violan la ley electoral tienen un castigo.
¿Y eso qué quiere decir?
Que si el gobierno federal castiga a uno de sus empleados, a uno de sus aliados y a uno de sus cercanos, cualquier otro infractor podría ser sancionado.
¿Y quién es conocido por su torcida interpretación y manejo de la ley electoral? En efecto: el señor Andrés Manuel López Obrador.
Por eso, aquí creemos que el caso en contra de Arturo Escobar podría ser una de esos mensajes en los que escucha Juan pero tiene que entender Pedro, ¿usted qué cree?
