Una de las promesas que hizo el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador durante su campaña presidencial en 2018 fue la de terminar de tajo con la corrupción, tarea que según el tabasqueño sólo le tomó 8 meses, o al menos esos son sus datos.
“Estoy a punto de declarar, de proclamar, que se acabó la corrupción arriba o que ya no hay corrupción tolerada, un día de estos voy a venir aquí, como se enojan tanto mis adversarios, voy a venir con una banderita blanca”.
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De igual forma, casi parece casualidad que justo cuando el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó un incremento en el Producto Interno Bruto (PIB) de 0.1% por ciento el presidente ahora sí presumiera un saldo positivo y no cuestionara como en ocasiones pasadas cuando se esperaba una recesión.
