“Fiscales carnales”, arma política y electoral del PAN

Damián Zepeda y Javier Corral continúan complaciendo a su líder y continúan dando “patadas de ahogado”

El dirigente nacional del PAN, Damián Zepeda, acusó que existe una “persecución política” en su contra, que fabrica la Fiscalía de Sonora por el supuesto desvío de 700 millones de pesos cuando el panista contendió por la alcaldía de Hermosillo en 2015.

Pero el círculo panista que rodea a Ricardo Anaya está cortado por la misma tijera: utilizan el manual que les dicta declarar “persecución política”, por un lado, y emplean “Fiscales carnales” como parte de la guerra sucia electoral, por el otro.

Basta con recordar el montaje que el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, gestó este lunes: otra persecución política –según él, por parte del Gobierno Federal– resultante de una investigación anticorrupción contra el PRI.

Corral se congratula por tener la “mejor fiscalía” del país. Pero mientras el gobernador se da palmadas a sí mismo por el caso –sin resolver– del homicidio de la periodista Miroslava Breach, su “Fiscal Carnal”, César Augusto Peniche, defiende a dos panistas en calidad de testigos con identidad protegida, y sirve como artillero en la guerra contra el PRI a través de un montaje en las investigaciones contra el priista Alejandro Gutiérrez.

La conveniencia e incongruencia del fiel escudero de Ricardo Anaya y sus arietes, Damián Zepeda y Javier Corral, respectivamente, se hacen evidentes y son claro ejemplo de las enseñanzas del Cerillo.

Zepeda acusa una “cacería” en su contra. Pero no dice nada del uso que hace Corral de la Fiscalía de Chihuahua respecto a la guerra sucia en tiempos electorales.

¿Por qué no mencionan la persecución política en contra de Alejandro Gutiérrez y Manlio Fabio Beltrones?

Damián Zepeda debería entonces, acusar al gobernador de Chihuahua, de hacer pleno uso de la Fiscalía General del estado, con el objeto de dañar la precampaña de José Antonio Meade, ante la irrelevancia que ha tomado Ricardo Anaya en la carrera presidencial.

Y no sólo eso, tanto Zepeda como Corral deberían explicar los señalamientos de tortura y manejo de las carpetas de investigación en torno a las indagatorias de los casos de Miroslava Breach y Alejandro Gutiérrez.

A Zepeda se le acusa de haber desviado 700 millones de pesos vía asignación de 19 obras públicas.

Ahora, el protegido de Anaya, de manera hipócrita, se queja de una supuesta persecusión de la Fiscalía de Sonora. Ve la paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio.

Si mal pensaramos, podríamos suponer que todo es una estrategia del Joven Maravilla, quien en septiembre pasado, paralizó al Congreso con el pretexto de oponerse al supuesto “Fiscal Carnal” de Enrique Peña Nieto. Todo se trató de una cortina de humo de Anaya Cortés para desviar la atención de los señalamientos de El Universal, respecto a su abrupto enriquecimiento.

Culpó al PRI de persecución política por lo publicado en el diario; inventó junto al PRD y MC el #FiscalCarnal; detuvo los trabajos en la cámara baja durante tres días; y lo anterior lo tomó como bandera política en su “campaña” rumbo a la presidencia.

Ahora, lanza a sus peones –por el Frente como debe ser–; Damián Zepeda y Javier Corral continúan complaciendo a su líder y continúan dando “patadas de ahogado” al verse acorralados en sus mentiras e intento de engañar al electorado.