Una de las primeras acciones del presidente, Andrés Manuel López Obrador, al frente del país fue atacar al famoso huachicol; hubo decenas de muertos, desabasto de gasolina, protestas, pánico, ningún detenido y todo para que los criminales continúen robando combustible.
Otra táctica utilizada por el mandatario fue entregar incentivos monetarios a los pobladores cercanos a las tomas – “posibles” responsables – para que no tuvieran que recurrir a estas prácticas por culpa de la pobreza, sin embargo, ni disminuyó la práctica ni fue detenido ninguno de ellos.
Según información del periódico Milenio, Petróleos Mexicanos reportó que desde el 1 de enero y hasta el 31 de marzo los ductos de combustible perjudicados ascendieron a 4 mil 374: mil 565 en enero, mil 342 en febrero y mil 467 en marzo.
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Cabe resaltar que Obrador solicitó la ayuda de elementos militares para resguardar las instalaciones de Pemex, principalmente en estados como Hidalgo y Guanajuato, pero de poco o nada han sido efectivos pues son las dos entidades en las que el huachicol continúa operando.