Gasolina, impuestos y recaudación

Aun recuerdo a Andrés Manuel López Obrador diciendo que a partir del primero de diciembre la gasolina iba a bajar en todo el país, por supuesto ante el delirio de sus seguidores.

Cuando esto sucedió, me permití dudar, acostumbrado a semejante actitud ante las promesas de los políticos y su nulo cumplimiento. Pensaba: son solo palabras para engatusar ingenuos. De lengua me como un plato…

Pero también pensé: ¿y si acaso dentro de todas sus aparentes fanfarronadas y frases hechas, se escondiese el valor; y estuviese dispuesto a convertirse en el hombre del destino?

Me cuestionaba: ¿Será López Obrador el hombre dispuesto a romper paradigmas, a poner las cosas en su sitio, a restablecer los equilibrios entre los factores de la producción?

Todos sabemos que cosa del cuarenta por ciento del valor total del costo de un litro de gasolina, son puros impuestos, de los que eventualmente, el gobierno federal pudiera prescindir.

¿Qué necesitaría para tal efecto? Simple, sustituir los ingresos que dejaría de percibir, por otros de naturaleza similar o diferente.

Pero aquí es donde la puerca torció el rabo. Porque esto significaría tener que crear nuevos gravámenes o ampliar la base fiscal; y esto entrañaría por lo mismo, que aquellos que no pagan impuestos, comiencen a hacerlo.

Y es bien sabido que en este país, quienes no pagan impuestos, son los grandes empresarios y los políticos que integran la nomenclatura del poder. Por lo que obligarlos a cumplir con sus obligaciones, implicaría necesariamente el surgimiento de controversias con tan poderosos sectores. Prácticamente sería un casus belli.

De manera inevitable, llegó el primero de diciembre y con ello, el instante de comprobar si el presidente electo, al convertirse en constitucional, sabría honrar su palabra.

Y si bien de inicio el combustible logró bajar unos centavos (principalmente en mérito de la ley de la oferta y la demanda), por obra y gracia de la única de las reformas de Peña, que el oriundo de Macuspana no tuvo pantalones para echar abajo, la verdad es que con el paso del tiempo, las aguas tomaron su nivel y el precio del energético volvió a ir en ascenso, debido a la necesidad impostergable de financiamiento de parte del régimen, que necesita recursos para todos sus programas sociales.

Y entonces, la parte pensante de los mexicanos, sin distinción de extracción partidista, dedicó una sonora retreta de mentadas de madre al primer mandatario de la nación, al ver burlada la más grande de sus aspiraciones: que bajara el precio de la gasolina.

En efecto, las redes sociales se han llenado de frases que rezuman frustración y resentimiento, pues los seguidores pensantes de la cuarta transformación, descubrieron que su ídolo tenía pies de barro.

Y para terminar de desencantarlos, es menester advertirles que no es probable que el estado mexicano renuncie a la que es prácticamente su única fuente de financiamiento; de suerte tal, que lo que si es probable, es que a partir de ahora y en la medida que se incrementen los programas sociales, será la medida en que vaya en ascenso el costo del combustible.

El tema de la recaudación fiscal en nuestro país, es motivo de grandes polémicas y sesudos análisis, cuando en realidad todo se reduce a una fórmula elemental: simplificar el cumplimiento de las obligaciones fiscales.

En efecto, cumplir a cabalidad con el pago de impuestos, mediante el llenado de los complejos formularios fiscales, es harto complicado y éste es el germen de la evasión fiscal.

El día que pagar los gravámenes fiscales, sea más barato que evadirlos, se acabarán los grandes negocios para los contadores y la hacienda nacional tendrá recursos a manos llenas.

La consigna debe ser para tal efecto: que pague más, quien gane más. Aplicándose a rajatabla y sin excepciones, pero con montos razonables, para hacer atractivo el cumplimiento.

Así que amigos míos, si apoyaron a un cretino basados en sus fobias, rencores y ambiciones y han visto que sus expectativas han hecho bancarrota, están a tiempo de cambiar el rumbo el país en los próximos comicios, en los que el hombre de la Chontalpa ha hecho público que se someterá al refrendo popular, para determinar si permanece en el poder, o si toma rumbo hacia su hacienda, esa de tan proposopéyico nombre…

Hacemos votos para acompañarlo todo el trayecto y hasta para cerrarle la puerta. No vaya a ser que se le antoje escaparse…

Dios, Patria y Libertad