Hoy No Circula…¿estaríamos mejor con López Obrador?

La mayoría de los automovilistas de la Ciudad de México se dicen enojados por el endurecimiento al programa Hoy no Circula que anunció la Comisión Ambiental de la Megalópolis, Came.

Muchos están indignados porque, a partir del próximo martes 5 de abril y hasta el 30 de junio, todos los vehículos –sin importar su holograma–, dejarán de circular un día a la semana y un sábado al mes.

Por tal medida, Miguel Ángel Mancera –jefe de Gobierno de la Ciudad de México-, fue vapuleado en las redes sociales, cuyos usuarios llamaron a no verificar los automóviles y a no pagar tenencia.  

Ante tal situación, Mancera pidió comprensión por las medidas adoptadas pues, dijo, “es por la salud de todos”.

Al respecto, no está de más recordar que el 15 de marzo pasado se activó una contingencia ambiental en la capital del país, a causa de los altos índices de contaminación.

Sin embargo, aunque los platos rotos los paga Miguel Mancera; lo cierto es que el problema no es de la actual administración. DE hecho, Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador –los jefes de Gobierno anteriores–, son responsables de incentivar el uso de autos con la construcción de segundos pisos y distribuidores viales.

De acuerdo con el Diario La Razón, en 12 años de administración del PRD en la capital –con Marcelo y Andrés–, el uso del automóvil en la Ciudad de México se incrementó en 84 por ciento. Es así que la administración en la que más aumentó el parque vehícular fue la de Marcelo Ebrard, con un 49.8 por ciento.

El Diario también explica que los gobiernos de izquierda en la Ciudad de México se dieron a la tarea de promover obras viales –en beneficio del automóvil particular–, lo que provocó congestionamientos viales y más contaminación. Además, ambos gobernantes hicieron muy poco por mejorar el transporte público de la Ciudad.

La Razón publica que desde la llegada del PRD al gobierno de la Ciudad de México –con Cuauhtémoc Cárdenas en 1997–, hasta el final de la administración de Ebrard –en 2012–, el número de vehículos aumentó en 119.7 por ciento.

Además, en la administración del señor López Obrador se edificaron el segundo piso del Periférico y el distribuidor vial San Antonio, cuyo costo fue de 700 millones de pesos –en su primera etapa–, y miden 3.5 kilómetros en ambos sentidos.

Años después, llegaron más obras viales: la segunda etapa del distribuidor vial San Antonio; la inauguración de otros cuatro distribuidores viales, pasos vehiculares, la construcción de cuatro puentes vehiculares y un largo etcétera.

De acuerdo con lo publicado por La Razón, con López Obrador se construyeron –y se ampliaron– el Puente Avenida del Taller (62,925,527 millones de pesos);  el distribuidor vial Taxqueña (273 mdp); el Segundo Piso del Periférico (4 mil 694 mdp); el distribuidor vial San Antonio; el distribuidor Ermita (257 mdp); el puente de San Fernando (213,056,779 mdp) y el puente Lorenzo Boturini (41,950,351 mdp).

En contraste, durante la administración de Ebrard se concretaron obras viales en El Encino (19.4 mdp); en el distribuidor vial Zaragoza-Texcoco (mil 043 mdp); la Supervía Poniente (9 mil mdp) y paso vehiculares en el Corredor Vial Constituyentes (mil 043 mdp).    

Y aunque los simpatizantes de estas administraciones alegan que también hubo medidas a favor de la movilidad –como la creación del sistema Ecobici y la creación de la Línea 12 del Metro–, lo cierto es que ambos esfuerzos se han quedado cortos.

Por lo anterior, aquí insistimos, es cierto que la contaminación es un problema grave; es cierto que el flujo de vehículos es excesivo y es cierto que alguien tiene que hacer algo para regular la emisión de contaminantes. Sin embargo, también es cierto que el problema no es de hoy, que el problema no surgió con el gobierno de Miguel Mancera y que el problema, en buena medida, se debe a las políticas públicas insuficientes y mal pensadas de los gobiernos de Mar