¿Iglesia rehén del narco?

Durante su mensaje en Morelia, Michoacán; el Papa Francisco pidió a los sacerdotes no caer en las tentaciones de la violencia, la corrupción, el tráfico de drogas y el desprecio por la dignidad de las personas.

El Pontífice aseguró que la mayor tentación de quienes se enfrentan a la violencia es la resignación. Según Francisco, uno de los principales instrumentos del demonio es, precisamente, la resignación.

Sin duda, Francisco tiene razón. Las presiones de los delincuentes organizados sobre los representantes de la iglesia católica son más frecuentes, más graves y más dolorosas de lo que muchos quieren reconocer. Al respecto, es importante mencionar:

Uno. En el Itinerario Político del martes 16 de febrero documentamos los 11 casos de sacerdotes asesinados en los últimos tres años: Cinco en 2013, cuatro en 2014 y dos en 2015.

Dos. Según cifras oficiales, en lo que va del sexenio de Enrique Peña también se han registrado las desapariciones de dos sacerdotes; ambas en Guerrero.

Tres. Durante el gobierno de Felipe Calderón se contaron 25 asesinatos de sacerdotes.

Cuatro. En entrevista con la BBC, el padre Jesús Mendoza Zaragoza –de la parroquia San Nicolás de Bari, en la colonia La Laja de Acapulco, Guerrero–, admitió que ha tenido que acostumbrarse a los halcones, a los jóvenes drogados, e incluso armados. El párroco dijo: “Tengo miedo, pero a veces no me queda tiempo para tener miedo”. Además comentó que cuando recibe llamadas de extorsión, cuelga el teléfono y desconecta su línea durante un par de horas.

Cinco. A pesar de las amenazas y el acoso contra los sacerdotes, el Vaticano no se ha pronunciado oficialmente sobre estos asuntos. Hasta hoy, la iglesia católica se limita a emitir recomendaciones para los párrocos en zonas de riesgo. La sugerencia más común es ser prudentes.

Seis. El arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlos, asegura que estos ataques no son contra la Iglesia. No obstante, admitió a la BBC que “en un momento una mala palabra dicha por un padre provoca que lo busquen para matarlo”.

Siete. Hugo Valdemar, portavoz de la arquidiócesis mexicana, dijo que “Hay que combatir al mal, pero también saber combatirlo”. Para Valdemar, la iglesia no puede “asumir una actitud irresponsable, ni osada, se debe tener mucho cuidado de cómo llevar el evangelio, los valores y la denuncia del mal”. Además, el portavoz admitió que cuando se advierte que peligra la vida de un sacerdote se opta por cambiarlo de zona.

Ocho. Hugo Valdermar también dijo que algunos “Piensan que pueden ser católicos, pedir la protección de Dios para hacer el mal, lo cual es totalmente aberrante, no entienden que no es compatible de ninguna manera la fe con la actividad criminal que destruye”.

Nueve. El Centro Católico Multimedial tiene registro de 520 extorsiones y amenazas de muerte a sacerdotes.

Diez. Por cierto, durante su visita a Michoacán, el Papa Francisco no visitará ninguno de los municipios que integran la llamada “Ruta del dolor”. Es decir, no pondrá un pie sobre la plazoleta en que estalló una granada durante las fiestas patrias de 2008; no pisará regiones como la Nueva Jerusalem donde un conflicto religioso ha provocado rispidez social durante años y tampoco visitará Tanhuato –donde murieron 43 presuntos criminales en 2015–, Aquila –donde suele haber enfrentamientos–, o municipios como Zamora, La Piedad, Vista Hermosa, Nueva Italia, Yurécuaro; territorios que tradicionalmente estuvo bajo el dominio de la Familia Michoacana y los Caballeros Templarios.