John Ackerman: ¿de columnista revolucionario a delincuente electoral?

Algo sospechoso ocurrió con John Ackerman, columnista de La Jornada y Proceso, este fin de semana en Tixtla, Guerrero.

De acuerdo con reportes de la prensa local, el furibundo columnista antisistema fue exhibido en lo que pareciera un delito electoral al presentarse –con un falso gafete– como observador de los comicios. Pero no sólo eso. Además de la falsificación del gafete, Ackerman habría defendido a una mujer –presunta catedrática de la Universidad Autónoma de Guerrero– que fue sorprendida por elementos de la Fepade al tratar de llevarse las listas nominales de Tixtla. ¿Qué pasó ahí?

Antecedentes

Pocos saben que ayer –29 de noviembre– el municipio de Tixtla celebró nuevas elecciones de alcalde luego que el Tribunal Electoral de Guerrero anuló los comicios de junio pasado. Como se recordará, esa jornada electoral tuvo focos rojos en la entidad, y Tixtla –donde se encuentra la  Escuela Normal de Ayotzinapa– fue uno de ellos. Ahí, una supuesta Asamblea Popular –integrada por normalistas y miembros de la CETEG– evitó la instalación de 44 por ciento de las casillas, lo cual echó abajo la elección que había ganado el priísta Saúl Nava Astudillo, primo del actual gobernador.

La anulación dio tiempo para que la rijosa Asamblea Popular cambiara de estrategia. En lugar del boicot, los autonombrados representantes del pueblo –bueno– decidieron unirse a Morena y a su candidata a la alcaldía, Miguelina Ramos Hernández. El propio Ackerman, en su revolucionario espacio de denuncia, dio cuenta de ello el 23 de noviembre:

“La misma Asamblea Popular de Tixtla, Guerrero que boicoteó las elecciones el pasado 7 de junio ahora se ha aliado con Morena para la elección extraordinaria del próximo domingo, 29 de noviembre. Esta emergente alianza ciudadana ha postulada (sic) como candidata para la presidencia municipal a la maestra Miguelina Ramos Hernández, mujer con amplio reconocimiento por los tixtlecos por su impecable trayectoria de honestidad y compromiso social”, escribió el columnista militante en La Jornada.

Es decir, que los radicales normalistas y maestros de la CETEG se aliaron a la Morena de López Obrador para adueñarse de la presidencia municipal de Tixtla.

¿Derrota anunciada?

Pero la jugada no salió lo redonda que esperaban, pues los primeros resultados indican que la victoria se la llevó el PRD, con Hossein Nabor Guillén, que aventaja en 37 de las 53 casillas instaladas.

¿Morena y la Asamblea Popular presentían la derrota? Hay indicios de que así era y, por ello, se habría intentado sabotear la elección.

Y es que ¿a quién, sino a Morena y sus aliados –la Asamblea Popular–, les interesaría boicotear la elección, que sabían perdida, robando la lista nominal?, ¿a quién, sino a un un miembro de la cuestionada alianza Morena-Asamblea Popular, hubiera defendido el rectísimo izquierdista, John Ackerman?, ¿acaso Ackerman, tan crítico del sistema, del PAN, del PRI, del PRD, del neoliberalismo… hubiese metido las manos por un mapache priísta?, ¿por uno panista o perredista? ¿qué hacían con gafetes falsos John Ackerman y la mujer que intentó robar la lista nominal?, ¿por qué Ackerman libró de la Fepade a una persona que intentaba reproducir las peores prácticas del priísmo?, ¿por qué Ackerman intercedió por alguien que, a todas luces, cometía un delito?, ¿es coincidencia que los dos se hacían pasar por observadores electorales?, ¿no se conocían?, ¿será que Ackerman fue enviado por Morena a reventar la elección?

John Ackerman, columnista de fuste y fusta, como diría Gil Gamés, no ha dicho nada al respecto.