El gobierno de Andrés Manuel López Obrador se ha caracterizado por su intolerancia ante las críticas, principalmente a las realizadas por la prensa.
Al parecer la 4T ya está tomando acciones para callar a los medios a través del uso de publicidad oficial. Y uno de los que ya cayeron en este juego sería la revista Proceso.
La edición número 2231 del semanario político cuenta con 84 páginas, de las cuales 15 cuentan con algún tipo de publicidad.
De los quince anuncios en la publicación, seis son de alguna dependencia del gobierno (STPS, IFT, Conadic en dos ocasiones, ISSSTE y la SEP); tres pertenecen a un gobierno local (CDMX gobernada por Claudia Sheinbaum, Texcoco de la alcaldesa morenista Sandra Luz Falcón, y un mensaje en nombre de los diputados del Estado de México, pero aparece la imagen de la legisladora local Anaís Burgos, de Morena).
El resto de la publicidad esta conformado por tres universidades (UNAM, UAEH y la BUAP), un mensaje pagado por el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo, y por último, el único comercial de una marca: llantas Blackstone.
Quizá Proceso se la piense dos veces la próxima vez que critique a AMLO, ya que más de la mitad de su publicidad proviene del Gobierno Federal o de los gobiernos de Morena.
