La Cuauhtemiña en Cuernavaca: robar doble

En este espacio hemos sido críticos de los candidatos y gobernantes independientes.

Hemos dicho que muchos de ellos tienen una larga militancia partidista y que, en el peor de los casos, se trata de improvisados que poco o nada entienden de política.

Y si hacen falta pruebas, basta considerar el caso del impresentable alcalde de Cuernavaca: el futbolista Cuauhtémoc Blanco. Si bien es cierto que el deportista no compitió por la vía independiente –pues llegó con el respaldo del Partido Social Demócrata–, también es cierto que Blanco utilizó la bandera de “ciudadano apartidista” para sumar votos. Una estrategia que le funcionó y lo tiene despachando en la alcaldía.

Resulta que el señor Blanco se inventó la figura de secretario técnico de la presidencia que, según se ha dicho, sería una suerte de “vice alcalde”.

Lo cuestionable, además de que el futbolista sigue engrosando la nómina municipal, es que el cargo lo entregó a José Manuel Sanz, su representante deportivo quien, igual que Blanco, no tiene idea de cómo opera el servicio público.

No hay duda, al señor Cuauhtémoc Blanco lo único que le interesa es saquear el erario de Cuernavaca, es acomodar a sus cuates en la nómina oficial y es demostrar al país entero que en la cancha y en el ayuntamiento, juega de la patada.