La doble derrota de Martí

Martí Batres quiso convertir en “victoria moral” lo que en realidad es una doble derrota para este hombre que buscó desesperadamente reelegirse en el cargo de presidente de la Mesa Directiva del Senado.

Lo hizo luego de que se diera a conocer la intempestiva resolución de la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena que ordena reponer  la elección interna que dio un revés a las ambiciones de Batres.

La citada comisión sustentó la resolución en el hecho de que en la votación interna participaron “indebidamente” cinco senadoras del PES.

Estamos en posición de afirmar que Batres sabía de esa participación  y que por lo menos dos de las cinco votaron por él: Sasil de León y Antonia Cárdenas.

“Me quedo con la victoria moral”, declaró el senador Batres, quien, en el colmo del cinismo, declaró que luchaba por principios y no por cargos.

¡Ajá!

De paso, informó que ya no participaría en una nueva elección de la Mesa Directiva, a sabiendas que no tiene ninguna oportunidad de que sus compañeros lo voten.

Y es que sin presentar una sola prueba, los acusó de haber recibido cañonazospara votar por Mónica Fernández, candidata de Ricardo Monreal, quien ganó la elección.

A Martí poco le duró el gusto. Ganó en la comisión, pero perdió en la bancada.

En cosa de horas, la reposición del proceso se había dado en los hechos, sin la participación de las cinco senadoras del PES.

Un total de 44 senadores de Morena firmaron una carta en la que ratifican a la senadora Mónica Fernández como su candidata a la Mesa Directiva.

“Tiene el perfil idóneo y comprometido con la transformación del país”, dice el documento.

Para que se dé una idea. La senadora Mónica Fernández ganó por 33 votos contra 29 la elección impugnada. Ayer, la ratificaron 44 senadores, once más, y sin las cinco del PES.

Un premio de consolación para Batres: Malu Micher no firmó la carta. 

* Ricardo Monreal, coordinador del grupo, habló del tema. Dijo que la  resolución emitida por la Comisión de Morena, dirigida a él, es una estrategia política jurídicamente endeble.

Explicó:

“Hace dos días me fue notificada la queja presentada (por Martí) y se me otorgó un plazo de cinco días hábiles para contestar en mi carácter de demandado: expresar mis argumentos y desahogar mi derecho de audiencia”.

El plazo se cumplía el 2 de septiembre, pero a la comisión ya le andaba por favorecer a Batres y la sacó ayer.

“La resolución es desmedida, arbitraria. Viola el derecho de audiencia”, puntualizó, aunque se comprometió no abonar más a la división.

La carta de los 44 senadores es, dijo, un triunfo moral de quienes eligen a sus representantes en libertad. “Ya están bastante grandecitos para ser manipulados o cañoneados, remató. 

* Adiós elecciones internas para renovar la dirigencia nacional de Morena.

En la reunión plenaria de los legisladores de ese Movimiento —diputados y senadores estuvieron juntos— el Presidente de la República dio línea de  hacer encuestas para renovar la dirigencia del Movimiento y evitar, de este modo, las broncas internas que ya se perfilan.

Puso como ejemplo la elección como candidato presidencial en el 2012, que entonces disputaba con Marcelo Ebrard. Los dos estaban muy parejos.

Las casas encuestadoras midieron y le dieron más puntos a AMLO.  El hoy canciller se disciplinó y no hubo problemas, aunque ya en la elección Peña Nieto les ganó.

La bronca está en que luego les da por hacer “encuestas patito”, como la que llevó a Claudia Sheinbaum a ser la candidata de Morena a jefa de Gobierno.

* En ese cónclave morenista, realizado en el hotel Hilton Alameda, se registraron ruidosas quejas de los legisladores en contra los llamados “superdelegados”.

Le dijeron a AMLO que no los pelan cuando pretenden meterse a revisar el desarrollo de los programas sociales.

El Presidente reviró:

“Ustedes no tienen que pedirle permiso a nadie. Si lograron vencer a la mafia en el poder, por qué no a los superdelegados”.