ARENAS MOVEDIZAS

El asunto de los migrantes puede convertirse en la tumba de la cuarta transformación. Se trata de un tópico que constituye un verdadero pantano de arenas movedizas, del cual es imposible que el régimen pueda salir indemne. Procedamos a explicar porqué:

A pesar del tono triunfalista y de la falsa conmiseración mostrada en público y de bravatas como las que aseguran que hay más de cien mil millones de pesos en caja para atender las necesidades de los migrantes, la realidad es que LOPEZ OBRADOR MIENTE.

En primer lugar, es dudoso que haya tal cantidad de dinero disponible. En segundo lugar, si la hubiese, debería emplearse para satisfacer las necesidades de los mexicanos y por último, en el tema de los migrantes, no habrá dinero suficiente nunca, puesto que la migración, en estos tiempos de desaceleración económica, es un fenómeno en ascenso.

Veamos: los indicadores económicos señalan que nuestra economía está a punto de entrar en recesión, sin importar que el presidente afirme tener otros datos; esto se debe a que el empresariado no encuentra condiciones de seguridad para invertir, en un ámbito en el que campea un gobierno bipolar, que como dice una cosa, dice otra.

Enfrentarse a las calificadoras internacionales es la mayor estupidez y muestra de ignorancia de este gobierno, que no entiende que la economía es un asunto supranacional y de interdependencias.

Por último, emprender proyectos faraónicos, sin las investigaciones y estudios pertinentes para soportarlos, es una necedad que solo puede traducirse en fracasos y en la no realización, ni siquiera con sobreprecio, de las obras planeadas.

De tal suerte, en un marco económico adverso, es evidente que la migración y la atención a los migrantes, plantean conflictos de todo tipo, que se miran desde ahora como irresolubles, simplemente en el plano de lo económico, ya no hablemos de vertientes de carácter social, de salud, de criminalidad y cualquier otra cantidad de imponderables que pueden ir surgiendo.

Las demandas de la población de migrantes, ejercerá una gran presión en la ciudadanía, que podría traducirse en una ola de xenofobia, con terribles ramificaciones y por supuesto, en exigencias y conflictos para la clase gobernante.

No le bastarán al presidente todos los elementos de las fuerzas armadas para detener el flujo migratorio proveniente de Centroamérica, pues si nosotros andamos mal, nuestros hermanos de esas regiones andan peor; y aunque hablar de solidaridad y amor al prójimo es maravilloso, eso solo es posible de manera temporal y focalizada; porque cuando la gente deba decidir si deben de comer sus hijos o los migrantes, la respuesta es de pronóstico reservado. La sábana es demasiado corta y aunque la estiremos, no alcanzará para cubrir a todos.

Por otro lado, NUEVAMENTE LÓPEZ OBRADOR MIENTE, cuando dice que con la venta del avión presidencial se encontrarán recursos para atender a los migrantes, toda vez que no se puede disponer de los bienes ajenos. El avión presidencial está bajo un régimen de arrendamiento financiero y por tanto, no nos pertenece. Luego entonces, no se puede vender.

Lo mejor de todo esto, es que en un término de noventa días, se llevará a cabo una evaluación conjunta del tema migratorio y si los Estados Unidos consideran que México ha incumplido sus compromisos, volverá a blandir el sable arancelario, que tarde que temprano, terminará inflingiendo una herida mortal al régimen lopezobradorista. Sin duda alguna, eso será una deuda de gratitud eterna que los mexicanos adquiriremos con el gobierno de Trump.

Suena frío y quizá hasta cruel que debamos decir que los mexicanos deberemos pagar un alto precio a los norteamericanos por sacudirnos los piojos de la cuarta transformación. Suena horrible que deberemos pasar por un terrible deterioro de nuestro nivel de vida por librarnos de la plaga del lopezobradorismo, pero así son estas cosas, a ver si de este modo, los mexicanos aprendemos que las estupideces cuestan y muy caro.

Dios, Patria y Libertad