La rebelión que viene, o el verano caliente mexicano

La expectativa de un verano caliente mexicano, de una revuelta popular si él no gana la elección del 1 de julio, es una táctica prevista por AMLO para la actual etapa del proceso electoral. Por eso la puso en el tapete hace 10 días y la empezó a explicar el lunes pasado en Zacatecas, para no soltarla más.

Es además una táctica patentada por los sistemas totalitarios para espantar a la clase media (“no te preocupes por los ricos y la clase media: salen corriendo si les haces buuuu…”, le sugirió Fidel Castro a Chávez) y, por lo mismo, no deja de ser un chantaje de un candidato presidencial.

Porque, no juguemos con las palabras, cuando AMLO pide retóricamente que “se hagan cargo de atender las protestas de todo el pueblo, si hacen fraude”, eso de “se hagan cargo” es a los banqueros a quienes se los dijo, y al gobierno; y “fraude” es exclusivamente su derrota.

A los banqueros les dijo: “si se atreven a hacer un fraude electoral, yo me voy también a Palenque y a ver quién va a amarrar al tigre, el que suelte al tigre que lo amarre, ya no voy a estar yo deteniendo a la gente”.

El lunes pasado, en Zacatecas, continuó: “eso es lo que sostengo, que los que lleven a cabo ese fraude, se hagan cargo de atender las protestas de todo el pueblo, es un llamado de atención a los que están acostumbrados a hacer fraudes, que ya vayan midiéndole, tentándole el agua a los camotes”.

Son amenazas, a palo seco. Aunque AMLO exige “no malinterpretar” sus dichos, porque “en ningún momento llamó a la violencia” si es que el resultado electoral no le favorece: “Lo que ocurre es que sueltan al tigre y luego nos piden que nosotros amarremos al tigre”. O sea, amenazas, a palo seco.

Como sea, eso del miedo es bien explicado en una pieza literaria muy popular entre los políticos mexicanos: La trilogía de Escipión, de Santiago Posteguillo, un exitoso escritor de best sellers. En el primer libro, Africanusel hijo del cónsul, el personaje Fabio Máximo explica:

“Con el miedo se puede conseguir todo. El miedo en la gente, hábilmente gestionado, puede darte el poder absoluto. La gente con miedo se deja conducir dócilmente. Miedo en estado puro es lo que necesitamos. Lo diré con tremenda claridad: necesitamos muertos, un gran desastre que nos justifique, que confunda la mente de la gente, del pueblo”.

Y con ese miedo juega AMLO, por algo muy simple: es cierto que va adelante en las encuestas, pero con esos números no gana. Porque, en esas mismas encuestas, el 70 por ciento del pueblo…

No lo quiere.