¡LA SABIDURIA DE LOS IDIOTAS!

De tanto en tanto, sea en medios tradicionales, a través de redes o digitales, abundan los ciudadanos que de “su ronco pecho” asumen el papel de expertos, a pesar de que nada saben de lo que hablan. 

El mejor ejemplo lo vimos el fin de semana, luego que Donald Trump militarizó la frontera entre México y Estados Unidos. 

Ante la amenaza, en redes se produjo una andanada contra el gobierno mexicano, al que los repentinos sabios de la diplomacia casi exigen declarar la guerra. Luego vino el puntual y potente pronunciamiento del presidente Peña Nieto que, curiosidades mediáticas, sublimó la fiesta de la sabiduría de los idiotas. 

En todos los medios –en redes y digitales–, menudearon voces de dizque expertos que “por el vuelo de la mosca” apalearon al mandatario mexicano, a pesar de que su mensaje estará en la historia de la dignidad diplomática con el vecino del norte, según verdaderos expertos. 

¡Que si se equivocó Peña, que si fue un mensaje tardío, que si es de “dientes para afuera, que…! No hubo chile ni acomodo en la idiotez de los sabios. 

Pero en donde la sabiduría de “atarbucks” sublimó la estupidez -debido a la polarización electoral–, fue durante el debate por el nuevo aeropuerto. 

De risa loca que en Twitter, Facebook y en medios todos eran expertos en aeronáutica, geología, vientos, en climatología y hasta salieron los sabios en la ingeniería financiera de un aeropuerto. 

La feria de la estupidez que antaño no cruzaba las fronteras de “la pulcata”, “el putero” y “la cantina” hogaño marca tendencia local, regional o mundial, en esa novedad que son las “benditas redes”. 

Bueno, no faltó el idiota que se quejó porque “nunca lo consultaron” porque su afore buscó mejores rendimientos en un negocio redondo como el de la construcción de uno de los más modernos aeropuertos del mundo. 

Pero lo más preocupante y verdaderamente grave es que –en mala hora–, “la sabiduría de la estupidez” se apoderó de partidos, políticos y candidatos presidenciales, a un nivel tal que los ciudadanos ya no piensan por sí mismos y tampoco son dueños de su pensamiento. 

Hoy, “robots” y “botargas” –motejados como bots–, piensan por millones de mexicanos que, rehenes de esas “botargas”, repiten como idiotas las líneas y los argumentos de un tuit, sin saber si es verdad. 

Lo trágico es que los “bots” no existen y tampoco votan. 

El ejemplo lo vimos en Costa Rica, en donde el AMLO Tico perdió luego de que las encuestas lo daban ganador. 

La realidad puede ser traumática y destruir la democracia. Y es que AMLO tiene todo para perder. 

Al tiempo.