Las pruebas: AMLO mueve a la CNTE

El pasado lunes, al poner en marcha el nuevo ciclo escolar, Enrique Peña mandó un mensaje que parecía definitivo. No habrá más diálogo con la CNTE, si el magisterio disidente no regresa a las aulas.

Y a su estilo, la CNTE respondió con un bloqueo total en Oaxaca y con el anuncio de que paralizará la Ciudad de México.

Queda claro que asistimos a un choque político, más que educativo, y que la disputa de fondo no es la educación, sino la sucesión presidencial. Por tanto, el conflicto no se debe resolver en los terrenos educativos, sino políticos.

¿Pero quién será el interlocutor del gobierno de Peña Nieto para esa negociación política? Sí, por increíble que parezca, el interlocutor se llama Andrés y se apellida López Obrador. ¿No lo creen? Van las pruebas.

En las entregas del Itinerario Político del 25 y 29 de abril de 2013 –tituladas, respectivamente: “Quieren un muerto” y “Las pruebas”–, apuntamos que la CNTE, AMLO y su prensa afín podían decir misa, pero lo cierto es que con el pretexto de la educación, buscaban desestabilizar al país, para llegar con esa bandera a la sucesión presidencial de 2018.

Hace mil 216 días –o si prefieren, hace tres años y cuatro meses–, dijimos que a AMLO y la mafiosa CNTE no les preocupa la educación y menos el futuro de los niños de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán, sino que “apuestan a la desestabilización social, al clima de zozobra, al choque con la fuerza pública y, sobre todo, a conseguir un mártir que justifique la hoy injustificable agitación, el vandalismo”

Señalamos: “Las manos perversas detrás de la desestabilización buscan un muerto que se convierta en estandarte contra “la represión del gobierno de Enrique Peña Nieto”, y que dé sentido a un nuevo movimiento social político y electoral, capaz de sobrevivir hasta julio de 2018. ¿Y para qué un muerto?

“Porque un muerto sería la mejor bandera para “legitimar” una lucha social, política y electoral, capaz de competir contra el hasta hoy exitoso y eficaz gobierno de Enrique Peña Nieto. Un muerto sería el pretexto ideal para convocar a una revuelta nacional contra el Gobierno, al estilo de la que llevó al poder al ignorante macho cabrío llamado Evo Morales, en Bolivia”

Por eso, aseguramos, “los grupos vinculados a Morena están detrás de la violencia desatada desde el 1 de diciembre de 2012 en el Centro Histórico del DF –y hasta hoy–, en escuelas y universidades y las rectorías de la UNAM y la UAM: todos ellos llevados a cabo por los mismos grupos financiados por el partido de López Obrador”.

Como saben, los muertos llegaron con el montaje de enfrentamiento en Nochixtlán, lo que se convirtió en la puntilla para una larga y feroz campaña de descrédito del gobierno de Peña Nieto.

Hoy la campaña para demoler la imagen de Peña Nieto está casi acabada y pocos quieren ver la realidad, a pesar de que desde ese mismo 29 de abril de 2013 hemos documentado el montaje y exhibido las pruebas de que AMLO es el jefe de la pandilla.

Así revelamos las pruebas. “Resulta que el 2 de enero de 2013, luego que Martí Batres anunció que el 8 de enero iniciaría la campaña de afiliación a Morena, Teodoro Palomino, líder fundador de la CNTE, reveló el tamaño de la mancuerna AMLO-CNTE.

“Palomino aseguró que de los 200 mil maestros de la CNTE, por lo menos 40% –80 mil maestros– son desde ese momento “la mayor fuerza organizada de Morena”. Dijo que otro 20% desertaría del PRD en los próximos meses y que todo ese universo de 100 mil maestros “trabajan en todo el país” para construir el partido Morena y que el líder histórico del magisterio, Jesús Martín del Campo, “es el principal enlace entre Morena y la CNTE”.

Palomino también explicó: “Al interior de la CNTE, en la actualidad la dirigencia principal no está en el PRD; está con Morena”. Y reiteró: “Morena es ahora la fuerza más influyente en la CNTE y al menos 40% de los maestros de esa organización trabajan en los estados para que la organización de Andrés Manuel se convierta en partido”.

¿Así, o más claro?

Pero la guerra apenas empieza.

Al tiempo.