Las tres derrotas del partido republicano

Con Ted Cruz y John Kasich fuera de la contienda, todo indica que Donald Trump será el candidato del partido Republicano en la elección presidencial de Estados Unidos.

Y aunque no todo está escrito y todavía existen formas de que el partido conservador postule a otro político, lo cierto es que de confirmarse la nominación de Trump, los republicanos enfrentarían una derrota triple.

La primera derrota de los republicanos sería al interior. Y es que hoy queda claro que este partido no supo ser una oposición responsable, no supo negociar con el gobierno de Barack Obama, no supo ver qué es lo que demandaban sus electores y no adelantó el fenómeno Trump. Es decir, que hoy los republicanos pagan la consecuencias de su soberbia, de su indolencia y de su falta de visión.

La segunda derrota de los republicanos sería ante el mismo Trump. De hacerlo candidato, los conservadores tendrían como abanderado a un hombre que no comulga con los principios del partido, que no cuenta con trayectoria al interior de la agrupación política y que no tiene idea de lo que implica convertirse en servidor público.

Finalmente, la tercera derrota de los republicanos llegaría en noviembre, cuando el discurso intolerante de Donald Trump exhiba sus límites. Pues no es lo mismo una elección primaria –donde los políticos sólo hablan con las bases de sus partidos– a una elección general, donde la pugna de votos es de todos contra todos. Dicen los enterados que en ese momento, Donald Trump dejaría ver que es un gigante con pies de barro pues, de acuerdo a las estimaciones más recientes, no lograría vencer a la señora Hillary Clinton.

Por eso, aunque todavía faltan meses para que los americanos acudan a las urnas, al partido republicano ya le metieron dos goles y, probablemente, en noviembre se lleven un tercer descontón.

Cierto, Trump puede ser el más popular, el más llamativo y hasta el más votado. No obstante, su candidatura sería una de las derrotas más grandes en la historia de los republicanos.